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El legado de los Carabajal, sigue sembrando artistas, no hace tantos años, en el disco Arde la Vida se escuchaba la voz de Homero, en una zamba que emociona, “A mis viejos “. Su voz aniñada vulneraba al más insensible . Hoy, ese niño empuña su propia guitarra y ya da frutos musicales, como no podía ser de otra manera siendo un Carabajal, interpretando algunos temas de su autoría.
Martina en la percusión y los coros, estuvo a poco de ganar el Gardel con “Todo si” a mejor álbum folklore alternativo, con Mavi Diaz & Las Folkies, percusionista notable, además de alumbrar con su belleza natural también atravesada por los lazos sanguíneos de los Carabajal como para no desentonar.
Y que decir de Peteco Carabajal que ya no se sepa, seguimos disfrutando de sus composiciones, clásicas y las recién salidas del horno, con “Los caminos Santiagueños”, con una energía increíble y disfrute, que contagia.
La barra colmada de gente, el lugar explota, las pruebas de luces y el humo, nos hacen poner expectantes. “El amor como bandera” , ” Flores y Chacareras” y “Bautismo de Manantial”, fueron parte del comienzo, de una entrada en calor, en donde la gente que tomaba sus teléfonos para llevarse algún recuerdo, empezaban a menearse al ritmo de la música.
Después de una chacarera bien trunca, la “Trunca como el amor”, de esas que cuestan bailar, compuesta por Homero y seguidos por una canción “Volaras”, empezaron a darle "rienda suelta" a lo que pide muchas veces el cuerpo. Y sonaron temas, increíblemente interpretados y adaptados, como es el caso de “Mediterraneo”, de Joan Manuel Serrat, entonada por Peteco, donde se escuchaba el rasguido de chacarera perder la esencia de la canción, haciendo la propia, igual el caso de “Te doy una canción “, de Silvio Rodriguez cantada por Homero, quien atravesaba el corazón de las personas, muriendo en un acaudalado aplauso.
Así como estas canciones, fuera de lo que estamos acostumbrados a escuchar de estos artistas, se suscitaron “Bajan”, de Spinetta , “Y sin embargo”, de Joaquín Sabina. Después de haber transitado este capítulo musical, una linda aparición, desde San Nicolás de los Arroyos, Anabella Soch, acompañó para cantar la “Tonada de tierras lejanas”, celular en mano para no olvidar la letra, pero que no impedía que se disfrutase de aquel encuentro.
Luego llegaron los violines y las chacareras. “Como arbolito en Otoño” y “Chacarera del Sol” pusieron a todos de pie, y empezaron a aparecer tímidamente las parejas a bailar, en los poco lugares que quedaban.
“Perfume de Carnaval” enamorando a la multitud dio paso a más fiesta y más baile, cerrando el show con “Corazón Verdugo”. Pero la gente no dudo en pedir más, entonces llegaron los bises.
Una batería de canciones que pegan en el corazón, “Las manos de mi madre”, “Digo la mazamorra”, “La estrella azul”, “Puente Carretero” y “Entre a mi pago sin golpear”, haciendo del encuentro una gran fiesta, y Peteco destacaba acertadamente que “La fiesta del pueblo es la fiesta del alma”. La gente exploto en una ovación y él entre mesa y mesa tocando su violín hizo de este último tramo algo inolvidable.
Tres personas, solo tres personas en el escenario, capaces de sonar como una aplanadora, con el canto popular como bandera, y el amor de sus letras a punta de lanza.