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Motta Luna es copla profana que vuela llena de lunas viejas y Sacrales indios.
Donde comulga el Sachayoj, el salitral y el retumbo de un San Esteban pagano.
De una barriada que silva en sus pavas, el clamor quieto del quebracho ultrajado, dolido de exilios. Del alma ida, de osamentas que hieren de muerte las selvas sacrales, tu mundo vegetal de artista y te vuelves cuero desnudo donde el sol siestea su color pardo para ser camino, sendero, escencia tutelar, “monsike” de un pueblo.
Las palabras de Dardo del Valle Gómez, autor de la canción que da nombre a su tercer álbum, define con exactitud lo que significa la presencia de Motta Luna en el folklore nacional. Un artista santiagueño que no sólo pinta a su pueblo sino que además, habla de sus sentimientos y éxodos. “Me vi en la obligación de grabar El Hijo Del Jornalero con un poeta, don Dardo del Valle Gómez, el me alcanzó el libro, las canciones son referentes de los changarines, del trabajador golondrina que existe en Argentina, que son muchos y que a veces trabajan, muchas veces no.”
Motta Luna presentó en el ND Ateneo éste, su tercer disco: El Hijo del Jornalero. Un concierto quizá un poco extenso, con muchos invitados pero cargado de emociones. La primera parte fue dedicada a algunos clásicos de su carrera y algunos temas del último trabajo discográfico: Rubores indios, La Aparecida, Nuestra Tierra, La Penadora, Arador y el tema que da nombre al álbum, presentado por el hijo del autor, Dardo del Valle Gómez, que conceptualizó en sus poemas la imagen del trabajador golondrina.
Promediando el show, dos damas fueron invitadas a subir al escenario: primero Mariana Carrizo, la artista salteña, quien llenó con sus coplitas el teatro y Claudia Romero, que cantó acompañada de Eduardo Avena.
En el final llegarían más invitados: Pica Juárez, desde La Rioja para cantar chayas; Horacio Banegas para acompañar a Motta en Ahicito –otro de los temas que forman parte de El Hijo del Jornalero- y De Cuando en Cuando; Mario Alvarez Quiroga en Corazón de Sumampa y el Duende Garnica en El Olvidao, la chacarera de la cual es autor
A pesar de las exigencias de horario de los responsables del teatro la gente pidió más y continuaron los bises, con todos los invitados sobre el escenario.
Una apartado especial merece la excelente banda que acompaño a Motta Luna: Gabriel Luna en teclados, Juanjo Velazquez en bajo, Julián Castro en batería, Christian Vidal en guitarra, y Alejandro Tula en percusión.