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Algunos ya lo conocen. Es Don Shigu, Segundo Fermín Maldonado, personaje que desde la radio tan entrañablemente nos sedujo con sus relatos. Sensibles historias de pueblo, infancia en patios de tierra, recorrido por la memoria emotiva de la provincianía, de Santiago del Estero particularmente. Y otros podrán acercarse en esta nota, tal vez, al sonido pausado, ritmo de la siesta, lento andar de la palabra sencilla, a su voz.
-¿Cómo es su vida hoy?
Vivo en Buenos Aires desde 1955 en plena Revolución Fusiladora. Se veía la ciudad un caos. Tenía 18 años. A los 20 fui al Servicio Militar en La Tablada, Tren de infantería. Al poco tiempo formé mi familia con Lidia del Valle que es mi compañera hace 56 años. Siempre que se pudo volvimos a nuestro Santiago. Mi padre Fermín falleció el 21 de septiembre del 59 y mi madre Juliana seis años después.
A partir de allí hice mi vida en Buenos Aires, en la zona sur del Conurbano bonaerense, Wilde, donde también nacieron mis hijas. Estoy jubilado, luego de trabajar en el rubro químico, comercial y construcción. Aunque al mismo tiempo, siempre me gustó la música. Hago radio con mi hija menor hace 24 años y es ahí donde despego mis mejores recuerdos.
-¿Cómo logró su abanico temático y encontró sus focos de atención para lograr sus relatos?
Los recuerdos me llevaron a mi historia. Todo ser humano tiene un sentimiento adentro, la cuestión pasa por sacarlo afuera. Tengo suerte de tener buena memoria entonces mi mayor atención fue mirando atrás. Descubrí que lo que me pasó, lo vivieron muchos comprovincianos, sobre todo quienes se alejaron de su tierra buscando trabajo. Hablo desde el desarraigo, a partir de allí los momentos vienen solos. Tal vez la parte difícil es la final: acomodarlos, darles forma, como cuando hablo de la escuela o inundaciones. Es muchísimo lo que viví y recuerdo pero había que resumir en una palabra. Esto de lograr una temática sobre un recuerdo resultó de la intensión de llevar estos relatos a un disco (el primero de "Nostalgias..." salió en 2013) porque antes relataba sólo en la radio, en ratitos de improvisación.
Ahí, mi hija Karina me propuso volcar mis historias en un libro-que no se concretó aún- pero pensamos con fuerzas realizar el primer CD.
Ella decía que le parecía importante dejar mis relatos como legado, que lo que contaba tenía que saberlo todo el mundo. Todo esto como resultado de que quienes me escuchaban se emocionaban y más tarde con el primer disco, hasta se interesaron escuelas. No se de dónde lo saca pero mi hija siempre dice que soy un gran orador. Como productora me ayudó en el formato radial que tienen los discos y además de compartir mis historias; lo más lindo fue la participación de músicos amigos que se sumaron.
-¿Siente que tiene una mirada política o cultural, o ambas?
Con el correr del tiempo valoré contar de donde vengo. Dónde nací y cómo viví y cuáles fueron mis costumbres. Todo eso ya es cultural y político: me remite a ciertas enseñanzas sobre situaciones concretas y al contar mi vida también hablo de la situación social de Santiago del Estero, especialmente del Paraje Sabagasta donde nací. Y toda persona es cultural y política. No se trata de políticos ni partidos políticos. La idea es más profunda, más a fondo.
Mis padres se fueron sin saber qué era ganar un peso, no conocieron la jubilación ni tener sueldo. Criaron a 12 hermanitos con el trabajo de la tierra y regalos de la naturaleza. Imaginate si eso no es cultural y político. Tengo la suerte de contar con orgullo esa manera de vivir.
-¿Qué interrogantes tiene sobre la vida y a cuáles no les encuentra respuesta?
Por lo que viví, ya zafé bastante. Siempre le encontré respuesta a todo porque aprendí con el correr de los años, experiencia, amor, dolor, familia, y pérdidas. Como decía Don Ata: "el silencio también te enseña" y aprendí creciendo en medio del monte. Pisar Retiro a los 18 años también fue difícil, dejar a mi mamá saludándome con el pañuelo sin saber cuándo la volvía a ver, marcó mi vida para siempre.
Así, relatos del disco, los nombran siempre: hermanos, tata y mamá. Lo que más me inquieta es no saber si lo que hago le ayuda en algo a la gente porque cuento mi vida con humildad, orgullo y agradecimiento. Quisiera que todos puedan resumir su vida así.