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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

Nacha Roldán, íntimo


04/01/2006

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RECORDAR


Entre tanta luz y sonido, tanta pantalla y tanto escenario con papelitos, de vez en cuando es bueno ver a un artista en un espectáculo íntimo. Esto no quiere decir que cualquier artista tenga la cualidad de poder hacerlo.

Hay elegidos y entre ellos, Nacha Roldán es quien nos ocupa esta vez. Nacha presentó su espectáculo en La Casona del Teatro el sábado 4 de febrero, sencillamente canto y guitarra y ese homenaje a la música que en esa voz tan personal tiene más sentido.

Entre cada canción siempre hay una anécdota, un recuerdo, un homenaje.

“Le Tengo Rabia al Silencio”, de Atahualpa Yupanqui, fue la primera milonga interpretada y luego llegó el recuerdo a un querido amigo, a un compañero en la ruta de la música. El homenaje más extenso fue para Alfredo Zitarrosa, del cual interpretó “Pa´l que se va”, “Doña Soledad” y “El Violín de Becho”, contando anécdotas de encuentros con el cantor y compositor uruguayo.

La provincia de Corrientes en canciones como Villanueva y Duerme Negrito, estuvo presente en el recuerdo de su niñez, como aquel de la mazamorrera que llevaba el alimento a su familia y el recuerdo de su padre y las tardes en su compañía, palabras de antesala para la canción “México de Ayer”, de Chava Flores

La segunda parte del recital, fue para su público.

La propuesta fue que la gente pida las canciones que quería escuchar y ahí nomás, se despachó con cada canción deseada: “Quiero ser tu sombra”, “Déjame Estar” - dos zambas en una- “La Niña de Guatemala”, “Palabras para Julia” y “Quisiera Amarte Menos”.

El agradecimiento fue para los presentes, los aplausos y el silencio. Y como no hacer silencio, ante esa voz que nos transporta a tantos autores, a tantos recuerdos, a las historias y los homenajes.


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