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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

Los 50 años con la música del cantor de la provincia de Buenos Aires


10/10/2006

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“Nací de pájaros incluidos. 60 años de acordes y punteos, 50 subiendo a escenarios. Y que en las bodas de oro aún este de romance con la guitarra, el canto, la poesía y el humor me hacen decir: ¡Gracias Doña Vida! Usted ha sido generosa conmigo... Y a ustedes, mis otro yo, por no dejarme solo.” “¡Así que soy mal llevao!” Mientras Omar Moreno Palacios, hombre de campo nacido en Castelli y crecido en Chascomús, criador de caballos y surero en todas partes se sienta en escena con su guitarra, “Es nueva, así que si suena mal, es culpa de ella” para entablar una charla con el público festejando sus 50 años con la música, piensa cual sería la venganza para el personaje que acababa de adjetivarlo de esa manera. En el final vendría la revancha pero mientras tanto, mientras la pergeñaba, el alma cantora de la provincia de Buenos Aires, que pinta en versos a la gente y las costumbres del pago, festejaba en cada minuto, en cada verso y en cada movimiento su convivencia con la música y sus algo más años de vida. Un telón pantalla detrás de él transmitía los sentimientos de cada amigo que se animó a expresarle su admiración y respeto. Algunos compañeros de toda la vida y otros recogidos como racimos en el camino de la música y la palabra. Juan Carlos Mesa, Alejandro Dolina, Antonio Tarrago Ros, Juan Carlos Saravia, Teresa Parodi y el gobernador Felipe Solá, que agradeció su amistad, y lo catalogó con humor y cariño de mal llevado. Sobre el escenario, de impecable traje de gala, poncho al hombro, no se privó de nada. No sólo brindó lo más importante de su repertorio, sino que se rodeó de amigos entrañables, que le hicieron compañía. Jorge Palacios lo acompañó en “Gateando por Re Mayor” -“Un gato que hace años no toco, una de las primeras canciones que compuse”; Delfor Sombra en la hermosa “Nunca te Dije Nada”; Ernesto Snajer y Verónica Condomí en la milonga “Y Juan dijo no”; Jorge Marziali – con quien grabó un disco llamado "Entre mar y cordillera" en “Acuérdese de lo que le dije” y Facundo Picone, un joven al que presentó como su sucesor, en “Que duerman en la historia”. Naldo Labrin lo acompañó en una milonga que él mismo compuso para su amigo, “La Moreno Palacios”. La herencia familiar estuvo presente: sus cuatro hijas mujeres forman el conjunto vocal Tierra Morena, que acompañadas por papá, hicieron una versión colorida de “Sencillito y de Alpargatas.” Juan Falú tardó en aparecer, ya que aparentemente no había llegado. Pero él mismo contó al sentarse con su guitarra junto a Omar que lo había entretenido Marziali con un vinito, detrás del escenario. La zamba “A un ausente” fue la obra elegida para que Falú despliegue su talento acompañándolo en la guitarra. Para las dos horas de espectáculo, y aunque ya parecía que todo estaba dicho, un invitado del sur del Brasil dio la nota. El maestro Luiz Carlos Borges, talentoso acordeonista y otro amigazo, no pudo bajar tan fácilmente del escenario, porque la ovación que recibió de la gente lo hizo interpretar un bis. Y Cecilia Todd llegó desde Venezuela para acompañarlo en una ranchera, “De no se Donde” y como también la gente le pidió un bis, le regaló un ritmo de su país: el merengue “El Norte es una Kimera”. Faltaba algo para que la noche tenga su broche de oro: que don Omar se ponga a contar cuentos y así fue, hasta que la noche se hizo luna y la sonrisa a flor de piel que implantó en el público se hizo carcajada. Omar Moreno Palacios no se olvidó que lo habían tildado de mal llevado y le metió un: “es que los políticos no siempre hacen lo que dicen ...así que soy mal llevao! en ese tono surero, entreverando esas palabras con las que le dedicó a Buenos Aires, esa provincia que lo vio nacer y crecer a su sombra y la que lleva en la asidera, como argentino y surero, vaya donde vaya.


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