}
La imagen de Juan Falú y Liliana Herrero se veían tan imponentes en el escenario como lo estaban, enormes, detrás de ellos los rostros de Jaime Dávalos y Eduardo Falú, quienes a decir de las palabras de Ramón Navarro, “son como el cántaro y el agua, como la copla y la baguala, inseparables, inherentes, esenciales...”
Juan y Liliana también parecen serlo, y la sala del ND Ateneo los días viernes 22 y sábado 23 de octubre fundió toda la magia de aquel dúo de grandes compositores y éste de grandes intérpretes, para recrear las canciones mas importantes del folklore argentino.
“Vamos a la Zafra”, “Vidala del Nombrador”, “Juanito Laguna se salva de la inundación”, “Resolana”, y “Tonada del Viejo Amor” y “Río de Tigres”, fueron interpretados en en el escenario del Ateneo ante un público en su mayoría joven, interesado no sólo por las composiciones sino por el talento de los intérpretes.
En el repertorio también se incluyeron canciones del disco anterior , homenaje a otro dueto compositivo esencial para el cancionero argentino Leguizamón y Castilla, como “Zamba de Lozano”.
Liliana Herrero, se sabe, es una excelente intérprete de canciones, las cuales recrea, haciéndolas revivir desde su mas profundo origen.
El talento de Juan Falú, quien sabe si heredado de su tío o de los duendes de la música -porque el talento nos sólo se hereda, tiene que haber alguna fuerza que lo sostenga y aquí parece haberla- queda plasmado en los solos, contrapuntos y acompañamientos de su guitarra con la voz de Herrero.
La puesta en escena, despojada de todo, salvo por las imágenes enormes y una mesa con copas de vino, es suficiente como para que lo más importante quede a la vista:
Excelentes intérpretes rindiendo homenaje a compositores de nuestra música popular, por suerte y a decir por las dos funciones a sala llena, siempre vigentes.