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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


02/12/2015

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RECORDAR


El folklore es un territorio amplio, vasto y por momentos inabarcable. Raúl Carnota, por ejemplo, decía que el tango era parte de ese terruño. Entonces, más allá de las hermosas y reconocidas zambas y chacareras, las melodías propias del Río de la Plata tienen su propia impronta y eso también es folklore.


Jana Purita es una de esas mujeres que entiende bien que el asunto de las fronteras es puro cuento y como toda una cantora criolla presentó “La canción del barrio” junto a un eximio trío de guitarras integrado por Hugo Romero, Julián Pollini y Nico Pérez.


En el Café Monserrat, literalmente, no cabía un alfiler. Con la sala repleta se iniciaron los arpegios de “En el pescante” (milonga de C. Bahr y Raúl Rodríguez) mientras Jana recitaba los versos de “Viendo a la gente andar”, del libro “Violín y otras cuestiones”, de Juan Gelman, poeta que en 2007 obtuvo el Premio Cervantes.


En seguida, los versos fueron música con “Nobleza de arrabal” un tango de Homero Manzi y Francisco Canaro. “Desencuentro” –junto a Nora Siderakis en flauta traversa- o “Marioneta” fueron otras de las piezas que eligió Purita para viajar en el tiempo: oírla nos traslada a las épocas de los grandes cantores nacionales. Ella logra que cada obra de su repertorio se renueve en su voz, contagiando de intensas emociones a los presentes.


“La pulpera de Santa Lucía”, el recordado vals de H. Blomberg y E.Maciel, cerró la primera parte de un concierto que bien podría haberse transmitido por la antigua radio AM que cautivó a nuestros abuelos.


La segunda parte del show se inició con la voz de Ana Sofía Stamponi. Expresiva y emotiva a la vez, destacó la importancia de interpretar a los clásicos pero también darle lugar a los nuevos compositores, y entonó “Con gusto a vino”, de Nico Pérez. En seguida, el candombe dejó su huella, de la mano de Manzi y Piana, cuando Stamponi versionó “Oro y Plata”.


Siguió otro candombe dedicado a la lluvia, de Hugo Romero, y el paisaje sonoro se fue adentrando con profundidad en la región pampeana. Así Jana Purita no sólo aborda melodías “conocidas”, sino que desempolva géneros poco transitados en la actualidad: el estilo “El sueño” se combinó con la magia litoraleña de la “Canción del Jangadero”. Jana explica, describe, reconstruye la jangada con su voz y sus gestos. Y desde la reflexión del río, la música se transforma en ranchera para confesar: “Me enamoré una vez”.


Más de quince canciones trazaron itinerarios de nostalgias, pasiones y olvidos, el final se vistió de vals con “Orejitas perfumadas” y nuevamente “Desencuentro” como un bis aclamado por el público donde la cantora fue conmoción pura. El himno “Sur” fue la despedida, entre las guitarras ensambladas sin fisuras y los aplausos de los presentes que demostraban que el cancionero pampeano y rioplatense tiene mucho para decir, en pleno siglo XXI.


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