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La noche del miércoles no pasó desapercibida para los transeúntes que volvían de trabajar en las cercanías de la Plaza de Mayo. Es que allí, a pasos de la Casa Rosada y otros lugares emblemáticos sucedió un hecho histórico: Los Carabajal se presentaron por primera vez en una iglesia.
La Basílica de San Francisco fue el escenario para estrenar la Cantata Santiagueña en homenaje al santo de Asís y al actual Papa que, no es menor, es argentino y el primer Sumo Pontífice latinoamericano de la Iglesia.
Apenas pasadas las siete de la tarde, ya había movimiento. Muchos llegaron una hora antes para obtener un lugar privilegiado.
Con el templo repleto, Musha Carabajal da inicio al convite: “Esta cantata nos tiene felices, movilizados y emocionados”, dice. En tanto, Bebe Ponti recita unos versos que espejan las características de aquel santo medieval que supo ser “humilde de corazón”.
Desde las autoridades de la basílica, un religioso destacó un cuarteto de palabras en relación a la obra: se refirió a la oportunidad, pues no todos los días la Iglesia cuenta con un Papa argentino, que toma el nombre de Francisco para abrazar su obra y figura. También marcó la inspiración como eje de esta cantata a la que le auguró un éxito como el de la Misa Criolla. Logro y realización completaron la tétrada que dio lugar a la concreción de una obra integral que conmovió a los presentes.
Con el sonido imponente propio de los santuarios antiguos, y potenciado propiciamente por la tecnología, Los Carabajal y Bebe Ponti desplegaron, en el mismo orden en que fueron grabadas, las doce piezas que integran la cantata.
La palabra precedía siempre a la música, con un recitado de doce versos que era prólogo de cada canción, en un gesto que recupera el legado ancestral de los grandes decidores de nuestro folklore. Ponti se apropia y suelta cada letra, cada sentido, para que el auditorio lo haga suyo y lo engrandezca. En la voz del santiagueño cada sondo crece y el público lo abraza.
Kali , “Musha, Walter Carabajal y Blas Sansierra abrieron el encuentro con el “Escondido de la niñez” y las palmas del público acompañaron sus melodías. Siguieron la “Vidala de la juventud” y el “Huayno de San Damián” demostrando que la comunión entre la espiritualidad y el folklore siempre es bien recibida. Zambas, chacareras, un loncomeo y hasta un retumbo dejaron claro que la obra tiene una marcada intención federal.
Como si fuera poco, a partir de que el barrio de Flores, tierra del Papa, es sitio eminentemente tanguero, el concierto coqueteó con el 2x4, de la mano de un bandoneón entre milongas y valses para despedir al santo que “llamó hermana a la muerte”.
Además, en el encuentro se recolectaron alimentos no perecederos para la fundación Haciendo Lío, presidida por José Ignacio Bergoglio, sobrino del Papa, para donar a los más necesitados. En este sentido, Walter Carabajal le dijo a FolkloreCLUB : “Siempre es muy lindo estar presentes y ayudar en eventos benéficos”. Por otra parte, señaló: “Fue la primera vez que cantamos en una iglesia. Al principio tenía mucha ansiedad, pero a medida que fueron pasando las canciones, me ganó la emoción”.
Luego de transitar la Cantata Santiagueña, el cuarteto decidió cerrar la reunión a pura chacarera. Y el público, claro, entonó y bailó las estrofas del clásico “Entre a mi pago sin golpear” para marcar un fin de fiesta con la humildad y la alegría propias de los patios santiagueños y propias también de la fe y de las vidas de los homenajeados con esta cantata que continúa el legado de las obras integrales enalteciendo a la poesía y a nuestra música nativa.