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En el marco de una serie de actuaciones y promociones de prensa, el grupo salteño Las 5 Voces -formado por Julieta y Melina Calabrés, Soledad Issa, Verónica Marcos y Jimena Teruel (hija mayor de Mario de Los Nocheros)-, mantuvo una entrevista exclusiva con FolkloreCLUB para darnos detalles de su propuesta y carrera musical. Entre perfume de mujer y una tonada bien provinciana, el grupo que lleva más de una década de trayectoria, puso sobre la mesa los puntos más significativos de su vida. Desde su disco de producción independiente, sus nuevas composiciones personales, entre la que Los Nocheros incluyeron en su reciente material, hasta cómo fue cambiando su repertorio y su forma de cantar desde que empezaron con el proyecto. ¿Cómo se forma el grupo? Verónica- Básicamente nació como un hobby y ya hace 11 años que estamos cantando juntas. Nos conocemos del colegio y luego se incorporó hace poco Jimena. Queríamos ver que salía de un conjunto vocal de 5 mujeres y empezó como una propuesta más bien coral, donde habían muchas disonancias, mucho repertorio del “Cuchi” Leguizamón, que tiene temas bien complicaditos. Después, con el paso del tiempo fuimos evolucionando, abriendo más los horizontes, y empezamos a descongestionar las armonías, porque antes hacíamos 5 voces todo el tiempo y ahora estamos más repartidas, más relajadas. ¿Cuál es el punto de inflexión para cambiar la forma de decir una canción? Soledad- En el año 2000 tenemos contacto con Mario y Kike Teruel de Los Nocheros y ellos nos hicieron una propuesta de trabajo. Nos dijeron: chicas nos gustaría trabajar con ustedes y que hagan una propuesta más popular, no tan selecto. En realidad nos adaptamos a las nuevas tendencias y a lo que venia haciendo todo el folklore joven. Ahí se produce un clic y cada vez vamos cambiando un poco más. ¿La influencia del folklore viene de familia? Julieta-Viene desde la cuna. Yo desde que abrí los ojos empecé a cantar y las chicas también, cada una en su ámbito. Estando en Salta es imposible no poder cantar y tocar una zamba. Desde los 8 años que vamos a guitarra y es lo que sabemos hacer, y a la zamba la vamos a defender a muerte, a pesar de que las hacemos más modernas. Ya no somos tan tradicional, antes nos vestíamos con poncho salteño y ahora no lo llevamos puesto pero con las voces defendemos a la música nuestra. Su primer disco que editaron en el año 2002 se llama como el grupo, ¿qué tiene ese trabajo? Melina- Es muy folklórico y a la vez ya empezamos a insertar canciones y joropos. Pero ahora estamos incursionando más en la composición y en el próximo disco, que ojalá lo podamos hacer. Julieta- Lo grabamos en el 2001 y fue producción independiente. Se difundió en Salta más que nada porque no estuvo en las disquerías, pero en las peñas y en los lugares que participamos intentamos venderlo. ¿Incluyeron temas propios? Jimena- No tiene temas nuestros. Yo no estaba, estaba Laura, que participó desde el 2000 al 2003. Tiene clásicos más que nada, como La carpa de Don Jaime, Criollita santiagueña, Recuerdos salteño, pero también otras canciones más nuevas, como Ojalá te vea otra vez, de Juan Martín Díaz. Ahora si estamos trabajando en la composición, que desde hace unos meses que estamos probando los temas para incluirlos en nuestro nuevo trabajo. Escribieron y musicalizaron (Jimena y Verónica) la canción Quédate, que luego lo terminaron grabando Los Nocheros en su último disco ¿qué sintieron cuando la escucharon interpretada por esas voces? Vero- Casi me he muerto. Jimena- Imagínate, ya fue un shock cuando nos lo dijeron. Cuando yo se la mostré a mi papá me dijo que le había encantado y qué me parecía si la grababan ellos. Yo no lo podíamos creer. Después se la mostramos a mi tío Kike y a él también le gustó. Verónica- Lo más gracioso es que cuando me llama Jimena para contarme eso, yo estaba en el estudio armando la base de ese tema pero para nosotras. Entonces me cuenta que Los Nocheros querían Quédate para ellos y le dije que si, que se lo de. Hace poco le pregunte a tu papá qué sentía cuando el público recibe tan bien a los temas que escribe tu mamá, y me dijo que en su casa ya lo tomaba con naturalidad porque su esposa escribe, su hijo canta con él y su hija, por vos, tiene un grupo. ¿En tu interior también te pasa lo mismo? Jimena- Para mi es hermoso porque yo la veo a mi mamá que trabaja. Hay veces que con un mismo tema esta una semana, dos, hasta meses. No es que lo hace en algún tiempo que le quede libre, lo hace porque realmente le gusta y es su trabajo. Yo veo que la gente lo valora como cualquier trabajo de otra persona. Cualquiera quiere que su trabajo se vea, que se reconozca, y que pase eso con las canciones de mi mamá es hermoso. ¿Todas realizan otras actividades fuera de la música, no? Melina- Sí, Julieta es odontóloga, Verónica arquitecta, Soledad Licenciada en Turismo, Jimena está estudiando piano, y yo soy diseñadora grafica. Además Julieta, Jimena y yo somos madres. Entonces, ¿su sueño es poder vivir de la música? Julieta- Es difícil vivir de la música, ese tema es muy planteado en el grupo. Nos encantaría triunfar, nos gustaría un montón de cosas con el folklore. La verdad que a esto lo hacemos porque amomos cantar y realmente tenemos el talento y ese don que nos regaló Dios. Lo nuestro sabemos que es juntamos y armar un acorde, no es que tenemos que estar 5 horas con una nota. También hay que vivir, y eso es trabajar de las profesiones que yo, gracias a Dios, pude estudiar mi carrera, y todos los días, de lunes a viernes, trabajo de eso. Sería hermoso poder vivir de lo que venimos a promocionar hoy acá. ¿Se sienten privilegiadas de haber nacido en una provincia como lo es Salta? Verónica- Yo creo que no entramos en este estudio si empezamos a hablar de Salta. La verdad que todas tenemos el corazón lleno de ese sentimiento, no solamente por lo que implica como cuna de folklore que es, sino por todos los valores que tiene, por todo lo que nosotras hemos aprendido. Es una cuidad increíble, hermosa, es una escuela muy grande y muy rica, que si vos realmente estás interesado, no hay forma que no aprendas. Salta para nosotras es un orgullo y se manifiesta cuando te pones a cantar una zamba, y yo creo que es un toque particular porque nadie te canta una chacarera como un santiagueño, y obviamente, nadie te canta una zamba como un salteño, sin menospreciar a nadie. Pasa por una cuestión de sentimiento y lo que te vienen enseñando desde que abrís los ojos.