El lobby de un hotel porteño es un sitio de paso, de poca intimidad, de flujos humanos, más o menos anónimos que van y vienen. Entre toda esa marea, sin embargo, sucede la confidencia, el viaje al pasado, el abrazo a la semilla de la música.
Es que Niño Josele despliega sus palabras, punzado por aquella niñez en que su madre la cantaba coplas andaluzas, en que su padre guitarreaba hasta altas horas de la noche.
Músico, español y de una humildad cándida, Josele explica:“Soy autodidacta. Aprendí sacando las cosas de oído”. Sus manos son un indicio claro de su fascinación por la guitarra: dedos larguísimos que parecen sonreír tanto como su rostro al hablar: “Es muy importante para el músico aprender muchas cosas. Yo he ido aprendiendo en la vida. He salido muy chico del colegio, porque en mi casa tenía necesidad de empezar a trabajar. Con trece años, ya estaba tocando en un escenario para sacar a la casa adelante. He aprendí historia o lo que sé de cada ciudad donde toco: aquí pasó esto, acá pasó lo otro. Y además, los músicos me enseñan: esto es un fa sostenido, esto es un mí bemol. La escuela de la experiencia”.
El traqueteo de la vida, no le ha restado alegría a este “Niño”, quien describe los inicios de la reunión con su compatriota Chano Domínguez y de esa senda de melodías con la que arribarán esta noche al Teatro SHA: “El punto de conexión entre Chano y yo, para hacer algo juntos, viene desde muy pequeñito. Escuchaba mucho su música, pero nunca habíamos coincidido. Da la casualidad que en 2013 más o menos, coincidimos en un estudio en Nueva York por un homenaje a Miles Davis. Él tocaba con una gente y yo con otra. Pero estábamos ahí, solos, estaba el piano. Tocamos y nos quedamos mirando, porque fue como si nos conociéramos de toda la vida. Tuvimos mucha conexión”, puntualiza y añade: “Al llegar a España, me llama Fernando Trueba –que nos admira mucho a los dos- y me dice: ‘Tengo una idea rondando Josele, tienes que hacer un disco con Chano’ y le dije ‘Hombre, no puede ser, acabo de tocar con él en Nueva York’. Fue así de fácil. Escogimos el repertorio entre los tres. Hay mucha variedad. Fue muy sencillo. Grabamos en lo de Chano en una semana”.
Josele, además se declara admirador de Luis Salinas y Juanjo Domínguez. “En Argentina hay grandes guitarristas” resalta. Y en seguida habla de su folclore más propio, aquel que lo interpela de forma más personal y `profunda: “El flamenco en un folclore español que viene de la copla andaluza. Allá se fue perdiendo. Grandes maestros como Paco de Lucía, Enrique Morente, Camarón de la Isla le han dado al flamenco un auge que no tenía. La guitarra no era tan universal, era un acompañamiento para el cante y no le daban tanto protagonismo. Luego, los maestros hicieron que la guitarra tuviera otro color”. Explica. Josele podría escribir un tratado sobre flamenco, conoce el género desde una cotidianeidad a la vez extraordinaria, desde el recorrido paso a paso y sobre todo, desde su amor por la música, que se percibe a leguas de distancia.
Todavía hay bullicio fuera del hotel y, en el cierre de la conversación se traza el mapa del show que se producirá en algunas horas: “Cada concierto es único y siempre intentamos hacer algo especial. Vamos a homenajear al maestro Paco de Lucía, con uno o dos temas suyos”, dice. El grabador se apaga con la promesa de un recital inolvidable, cosa no menor en los tiempos que corren. Allí el arte no será mercancía, conservará aquello que la hace única: será convite de amigos, melodías y, por supuesto, aplausos.
El dato
Viernes 12 de Junio - 21:30hs.
Teatro SHA - Sarmiento 2255 - CABA