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El músico Raly Barrionuevo presentó el sábado en el Teatro de Flores su nuevo disco Paisano vivo (descalzo por los caminos). El público lo hizo “rozar la felicidad”, como bien él confesó. Cantó dos horas, enseñó nuevas canciones y proyectó pequeños fragmentos de dos películas testimoniales.
Raly es un hombre tímido, aunque a la hora de estar acompañado de su guitarra puede ser capaz de soportar los piropos más exagerados del aluvión femenino. Nació en un rincón de Santiago del Estero (Frías) y los años le trajeron la experiencia y la claridad para ver el camino por donde transita.
La influencia folklórica de su familia, los libros de Eduardo Galeano o del “Che” Guevara que llegaron a su mano durante la secundaria, , la amistad con artistas como León Gieco, la simpatía con el rock y su compromiso con la lucha campesina del norte del país, marcó en él una línea ideológica en su pensamiento, forma de vida, y en lo artístico, un estilo musical para expresar su mensaje.
Tal vez la mixtura de sonidos y letras sean la razón, de que a la hora de levantar la vista, uno se encuentre con diferentes estratos sociales en un Teatro de Flores desbordado por la concurrencia. Un reducto ajeno al folklore y netamente roquero, pero lo ayudó a quebrar la estética del genero y proponer un encuentro sin sillas ni ataduras, en la noche que Raly dijo desde el escenario haber llegado a tocar un estado que roza el de la felicidad.
Es que ya desde entrada el planteo del espectáculo escapaba a cualquier semejanza de sus actuaciones anteriores. Se dio el gusto de mostrar en una gran pantalla un video con el porqué de la lucha del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), al que pertenece: el de hacer valer los derechos del campesino, lograr una reforma agraria y resistir al desalojo de las tierras que les pertenecen a los pueblos originarios. Y en otro tramo, un pequeño fragmento de la película “Un ratito más”, en la que participó como banda de sonido con la canción “Esta historia”.
Pero igualmente la música tuvo mayor preponderancia. A las 21:15 empezó una seguidilla de chacareras con “La Rafa Touriño”, “Frías” , las estrenos, entre las conocidas “La Ñaupa Ñaupa” y “La Pocoy Pacha” . Más delante el “El Guajchito”, “Ey paisano”, “Baguala del desengaño”, “Chacarera del exilio”, “La estrella azul” y “Oye Marcos”, en donde participó Capi Nieva del grupo Inti Huayra con la ejecución de la quena-al igual que en el disco-. El último invitado fue Manuel Orrellana del dúo Presagio en “Donde se gesta el amor”, con un marcado reconocimiento y cariño del público.
Luego del bloque eléctrico con las canciones “El activista”, “Tu estrella” y “Hasta siempre”, Raly tocó el bombo al compás de “Corazón Atamisqueño” . Después se quedó sólo en el escenario para interpretar en penumbra “Zamba y acuarela”, “Zamba por vos” y “La casa de mi madre”.
Ya sobre el final aparecieron “Cuarto menguante”, “Somos nosotros”, el retorno al escenario con el bis de “Oye Marcos”, y el cierre impecable a fuerza de “Alma de rezabiale”, donde no pudo disimular la alegría de estar viviendo una noche única porque se animó a bailar, como pocas veces lo hace, con una mujer del público.
Hoy, Raly Barrionuevo evolucionó en si mismo. Transmite cultura, energía y compromiso. En la presentación de su nuevo disco caló sonrisas en sus fans y una cuota de satisfacción. Pero sobre todo, entregó uno de los espectáculos folklóricos más particulares que haya protagonizado Buenos Aires. Con colores y personajes de nuestra patria, con un estilo y con la humildad que lo caracteriza...desde siempre.