}
Los días 23 y 24 de septiembre en La Trastienda, Raly Barrionuevo, una vez más con el disco “Ey Paisano”, fue preciso y dio en el blanco a un público que asistió para reflexionar con sus canciones y, sobre todo, para divertirse.
Cuando una persona tiene buena predisposición y se siente cómodo en un determinado lugar, es muy difícil que las cosas le salgan mal. Y si un artista está agradecido por lo que le toca vivir y se suma la dicha de ser acompañado por un gran público… la entrega es total.
Eso es claramente lo que pasó con Raly, cuando se mostró feliz y risueño, cómplice y a la orden de las circunstancias, en una tercera presentación del disco “Ey Paisano”en Capital Federal ( las anteriores fueron en el Teatro Ópera y en el ND Ateneo).
El santiagueño cantó durante más de dos horas y bromeó a lo largo de todo el show con su gente. Desde abajo del escenario le pidieron temas de su amigo León Gieco, y él con gusto los interpretó.
“Esta bueno tocar aquí, porque se dan cosas lindas. No quiero sanatear, pero simplemente me gusta venir a este lugar, porque se genera una comunicación que es buenísima (por los gritos y los pedidos constantes).
Hoy estamos aquí, mañana en otros lugares: chicos, grandes, capitales o pueblos, pero lo que importa es que hay una comunión de almas. Una unión de gente que tiene ganas de pasar lindos momentos, y es por eso que les agradezco mucho que nos hayan venido a ver”, abrió el dialogo un Raly que no había parado de cantar durante una hora seguida.
Con quince minutos de atraso, el recital comenzó con el recorrido por los temas volcados en su última placa: “Guitarra de sal”, “La Rafa Touriño”, “El guajchito”, “Chacarera del Mishki Mayu”, y “Ey paisano”, uno de los momentos más particulares de la noche.
Es el único tema en que Raly no toca la guitarra, sino que agarra el micrófono con sus manos para moverse por todo el escenario y gesticular hasta la última melodía. Esta es una postal que se convirtió infaltable en cada uno de sus espectáculos.
En las canciones “Circo criollo”, “Chacarera del exilio”, “Negra de mi vida” y “Gato del festival”, el público se dio maña para abrir camino e improvisar una pista de baile, en el medio de una Trastienda colmada.
“No se asusten pero estamos grabando un disco en vivo. No les quería decir al principio para que no se pongan nerviosos”, aclaró con risas Raly, seguido de un murmullo continuo que se prolongó durante unos minutos.
Es que tiene planeado editar, en pocos meses, un material en vivo para hacer el cierre de una etapa. Pero no sólo contará con el testimonio grabado en Buenos Aires, sino que también tendrá la marca de otros recitales por el interior del país como: Córdoba, Jujuy y Río Gallegos.
Este trabajo incluirá algunas canciones nuevas interpretadas en esta ocasión y otros temas convertidos en clásicos, pero reversionados, como “Somos nosotros”, “Solo tus ojos”, “Esa mujer” (a capella) y “Eva luna / Como danza la esperanza”.
En otro bloque del show, la lista también nombró a los temas “Cuarto menguante / Te recuerdo Amanda”, “Baguala del desengaño”, “La Dorada”, “Madre del Rosario” y “Oye Marcos” (dedicado al Sub comandante Marcos del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional), en donde Raly aclaró: “Ya le llegó la canción pero parece que no va a venir”, refiriéndose a la letra que escribió, en la cual lo invita a viajar a Santiago del Estero.
”Le pedimos a la gente que no se banca tanto la guitarra eléctrica, que no se asuste mucho porque es una chacarera… bien en el fondo es una chacarera" (risas), anticipó Raly lo que sería una seguidilla de canciones eléctricas, y luego bromeó: “Lo que pasa es que nosotros hacemos folklore joven”. La platea enloqueció a fuerza de “Hasta siempre” y “El activista”.
La insistencia de un coro que pedía canciones del cantautor, León Greco, hizo que se animara a improvisar con sus músicos (Ernesto Guevara, César Elmo y Cristian “Mono” Banegas) dos temas: “En el país de la libertad” y “Pensar en nada”.
Cálido con su público y dispuesto a desvanecer todas las expectativas, Raly Barrionuevo, puso toda la carne en el asador y no se guardó nada. Todos contentos, la despedida final, se formalizó con los bises de “Ey Paisano” y “Oye Marcos”.