Por segundo año consecutivo, Abel Pintos alzó el máximo galardón en la 16° edición de Los Premios Gardel, tras adjudicarse la estatuilla de Oro por su material discográfico Abel. El evento que distingue a la industria de la música, por la producción del año anterior, vivió una velada en la que la alegría y el inevitable dolor por la partida del cantante Gustavo Cerati se vieron entrelazados en un sincretismo único.
La triste noticia que se hizo pública el mediodía del jueves 4 de septiembre no opacó horas más tarde el suceso más importante del país, en materia de música. La entrega de premios, otorgados por CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas), siguió su curso cambiando el foco de atención, en homenaje a quien fuera el líder de la banda Soda Stereo.
A las 20 horas, las puertas del mítico Teatro Gran Rex se abrieron para recibir a los protagonistas de la noche en la tradicional alfombra roja. Artistas representantes de todos los estilos musicales desfilaron con entusiasmo brindándose a la prensa para expresar su agradecimiento y su emoción por las nominaciones.
Si bien la mirada de los medios estaba puesta en los máximos candidatos como Babasónicos (finalistas en seis ternas con su disco Romantisísmico), Abel Pintos y Tan Biónica (ambos con cuatro nominaciones por Abel y Destinología, respectivamente); todos los artistas tuvieron su espacio y su correspondiente reconocimiento a la hora de las notas, las fotos y los aplausos del público presente.
Abel Pintos, el joven cantante oriundo de la localidad bonaerense de Ingeniero White, fue la gran figura de la noche y festejó merecidamente al llevarse todas las estatuillas a las que aspiraba. Minutos después del inicio de la entrega conducida por Roberto Pettinato y Sandra Mihanovich, al igual que el año pasado con su disco Sueño Dorado, Abel recibió el primer reconocimiento como Mejor Artista Masculino de Pop.
Con su disco homónimo, en el que apostó a un cambio de estilo casi en su totalidad alejándose del folklore, Abel se impuso en la terna frente a Pedro Aznar y Leo García. En este último material discográfico, además, incursionó en el rol de productor junto a su hermano Ariel y a su amigo Marcelo Predacino, músico y productor que lo acompaña desde hace años en su carrera.
Asimismo, se adjudicó las categorías Producción del año y Canción del año con el corte de difusión del disco “Aquí te espero”. Y finalmente, como era de esperarse, su material fue premiado como el mejor Álbum del año, colocándolo en el peldaño más alto de la música nacional ya que éste otorga también el Gardel de Oro.
Si bien al folklore se lo relaciona más estrechamente con el interior del país, en esta oportunidad fue reconocido en una importante cantidad de ternas. El género ha trascendido y pudo exponer a sus representantes en la vidriera de la música nacional, en Capital Federal.
Ramón Ayala con su álbum Cosechero recibió el Gardel a Mejor Artista Masculino de Folklore y Liliana Herrero hizo lo propio en el género femenino por su disco Maldigo. Por su parte, Manolo Juárez Cuarteto ganó con su material homónimo como Mejor Grupo de Folklore.
Al igual que el año pasado, Los Tekis fueron los ganadores de la categoría de Folklore Alternativo con su trabajo En Vivo en el Gran Rex, disco y DVD que grabaron el año pasado como cierre de la gira Rock & Tekis, en la que fusionaron su estilo andino con el rock. Y, Guauchos con su álbum Pago, fueron premiados como Nuevo Artista de Folklore.
León Gieco fue distinguido con el Gardel a la Trayectoria, estatuilla que recibió en manos de Abel Pintos, y ofreció unas palabras con las que rememoró sus comienzos. Otro de los nominados de la noche fue Víctor Heredia por su tema Algún día en la terna Canción Testimonial y de autor.
Gracias a estos reconocimientos el folklore toma fuerza para seguir su difícil camino como género tal vez un poco “nostálgico” frente a los estilos más comunes. El mismísimo reconocimiento de Abel Pintos, que en los últimos dos años se posicionó en lo más alto, también impulsa al ambiente folklórico ya que desde sus comienzos ha defendido sus raíces y aún hoy, trascendentalmente inmerso en el pop, sigue siendo uno de los actuales referentes del folklore argentino.