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"Suma Paz es una discípula de la tierra. Del canto Noble. Mujer que pertenece a la raza de nuestro Atahualpa Yupanqui. Su interpretación tiene la nobleza de nuestras raíces..."
No es raro que Lito Nebbia tenga estas palabras hacia Suma Paz en “Parte de Mi Alma”, el nuevo disco de la artista. Quién no tiene palabras de admiración para esta mujer del folklore, para una artista que representa la canción nuestra en su forma más tradicional.
Verla sentada con su guitarra, la pose casi yupanquiana, la voz sentida, el cantar melodioso, resume acaso a una de las cantoras más importantes de nuestro país.
Ni Atahualpa dejó de prestarle atención. Él, que era difícil de convencer, la señaló como una de las artistas que más representaba la música de nuestra tierra.
Nacida en Sante Fe, grabó su primer disco en el año 1960, y dedicó buena parte de su carrera a investigar el canto de la pampa argentina y la obra de Atahualpa Yupanqui, quien es guía de su carrera musical y su vida.
Con un pequeño recital en la Escuela de Música y Arte Urbano de la que Lito Nebbia es director, presentó algunas canciones de su nuevo disco.
“La milonga tiene algo hermoso porque está dicha de una forma distinta, es el canto y no es sólo la voz, pasa un ave volando y cantando y el paisano la desafía con la voz, con la libertad y con las alas", dijo de “Ave que Pasas Cantando” de Riso y Yupanqui.
“Me resulta particularmente sensible cantar al amor, el canto criollo lo expresaba de una manera que ya no es, había un gran lirismo, una gran delicadeza y un gran pudor. Ahora se apela al sentir y no a los sentimientos, este estilo, es de un poeta de Tandil, y dice como yo se que se dice, el amor a lo criollo”, para la huella de Lauro Viana, “Desvelo”.
Para “Pampa Escondida” también hubo una historia: “Estábamos conversando con Antonio Carrizo, y decíamos que la gente de Capital Federal no siempre palpita a la pampa, y el decía que en cualquier yuyito que crece entre las piedras está la pampa escondida. Así nació un soneto que yo escribí, pero que no podía de ninguna manera ser milonga porque tenía 14 sílabas, así que René Vargas Vera -autor del libro "Suma Paz por la Huella Luminosa”- la transformó en tal.”
Carlos “El Negro” Álvarez fue invitado a contar la anécdota de la zamba que compuso y que Suma canta en Parte de Mi Alma, la historia de Don Abraham Funes, un anciano de Cura Brochero cuya historia es parte de la infancia y juventud del humorista cordobés.
Con una canción de María Elena Walsh –“Campana de Palo”- dedicada a los maestros argentinos, y la emoción de la artista, concluyó ese presentación para la prensa, que duró poco tiempo pero que permitió imaginar un disco en el que nuestra música alcanza su esplendor en el canto de Suma Paz.
Otros autores elegidos en la grabación, además de los nombrados, fueron: Osvaldo y Raul Torres Roja en “Milonga del Cardo”; Alfredo Zitarroza en “Milonga en Do”, la que cierra el disco, Oscar Alem, en el tema que da nombre al disco y Lito Nebbia, quien compuso y aportó guitarra, piano y sintetizadores en “Nueva Zamba Para mi Tierra”.