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Notas
NOTA DE INTERÉS


12/05/2014

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RECORDAR


El disco doble Fander comenzó a grabarse en 2008. Jorge Fandermole estuvo nueve años sin grabar y vuelve ahora acompañado de amigos que se acercaron y colaboraron en la gesta: desde los arreglos básicos compartidos con Marcelo Stenta y Fernando Silva, a los que se suman Carlos “Negro” Aguirre en piano, Juancho Perone y José Piccioni en percusión y Julio Ramírez en acordeón.

- Nueve años sin grabar, ¿Te habías cansado de la industria musical?

No, este intervalo, demasiado largo para los estándares de cualquier mercado, fue sin embargo un lapso muy productivo donde dimos continuidad a nuestro trabajo en vivo, actualizamos el repertorio y arreglamos y dimos forma a este disco, que terminó siendo doble a pesar que fue concebido como dos producciones separadas. La producción y edición independientes tiene lógicas divergentes si se las compara con las tradicionales: no hay una obligación contractual que domine los plazos de producción, por un lado, permite jerarquizar cierto interés estético que prodría verse menoscabado al ajustarse a un término; y por otro suele exigir recursos, temporales o económicos, no siempre disponibles cuando uno quiere o le conviene. De todas maneras, estoy muy conforme con el disco y no me preocupa el tiempo que llevó.

- ¿Qué sintió volver a grabar?

También el proceso de grabación es distinto a lo que se supone lo habitual. Los músicos que me acompañan y yo, comenzamos a grabar parte de este material en 2008, y seguimos el proceso en forma intermitente hasta fines de 2012, cuando decidimos continuarlo hasta darle fin. Por eso, debiera pensarse como un proceso largo y no como una actividad de la que uno se haya alejado un enorme tiempo. Siempre la instancia de grabación es muy estimulante que imprime energía a los proyectos artísticos. Grabar es una necesidad insoslayable dentro de cualquier proyecto artístico. En todo caso, lo que determina la oportunidad es la maduración del repertorio y posibilidad de acercarse a los resultados que uno imagina como los más deseables.

- ¿Cómo analizás la actualidad de la industria musical? En un contexto donde el consumo a través de internet ganó mucho terreno y las empresas deberían adaptarse...

La industria musical, como toda industria cultural, es una de las fases de la ocupación de la atención de cualquier artista, pero no es la única. En todo caso, prefiero pensar que es una fase, dentro de una actividad compleja, que debe ser nutrida por otros procesos más humanos e íntimos como son la creación de la obra, experimentación de las sonoridades posibles, en fin, todo lo que configura la búsqueda estética. Ésta concepción primaria de la obra me interesa más que lo otro, tal vez por eso me tomé tiempos considerados excesivos. Pero yendo a la industria misma, creo que está en medio de una crisis compleja donde intervienen cuestiones de mercado, como el mencionado consumo a través de internet en desmedro de los soportes tradicionales, pero que no debe olvidarse que tiene su origen en una crisis perceptiva por la que prima la preferencia por la cantidad en formatos comprimidos y videos. Que cada uno elija cuanto quiere o debe adaptarse a las condiciones actuales. Yo creo que desde una mirada independiente y una dinámica acorde se puede sostener la producción en alta fidelidad -si no uno no podría explicarse el renacimiento de los soportes de vinilo- porque hay una franja de mercado que lo sostiene. Indefectiblemente, la adecuación a las tendencias es una necesidad general, pero el grado en cada uno muestra su obediencia es diverso.

- ¿Cómo ves el mundo en la actualidad, en comparación a como lo veías cuando empezaste a cantar?

Es una pregunta muy amplia y lo más probable es que erre la perspectiva y prioridades. No soy filósofo, ni sociólogo ni estadista, por lo cual es muy probable que mi visión esté sesgada por mi actividad. Prefiero decir que hace treinta o cuarenta años tenía un grado de inconsciencia menor, tanto de los sistemas inmediatos como de la globalidad. Ahora, atiendo en cuanto puedo las relaciones entre individuos y comunidades, y entre la humanidad y el planeta como soporte vital y creo que cualquiera de los aspectos de esas relaciones presentan situaciones más críticas ahora.

- ¿Cómo manejas el hecho de haber iniciado toda una historia de buenas canciones en Argentina?

Bueno, en todo caso hice algunas buenas canciones en medio de marco de referencia del cancionero argentino, que afortunadamente está sostenido y jerarquizado por miles de buenas canciones, con valores que no todos compartimos de la misma manera, pero que habiendo reconocido yo al menos los que me parecen más altos, me influyeron y guiaron.

- ¿Qué lugar crees que te cabe en la música argentina?

Como artista creo que el mismo lugar que nos cabe a la mayoría, fuera de algunas grandes excepciones: el olvido. Pero no es una visión oscura ni producto de una baja autoestima, es un dato de la realidad. Pasadas algunas generaciones tal vez sobrevivan algunas obras, pero la comunidad, que las conoce y cuyos integrantes tal vez las cante, tratándose de canciones, olvidará sus autores. Sucede actualmente. En otros casos, de un autor sólo sobrevive el nombre y pasa cuando se tiene un sistema educativo que no atiende al patrimonio cultural y memoria histórica. No me preocupa lo que ocurra conmigo; lo que puedo especular es que tal vez alguna canción perdure, nunca se sabe cuánto. 

- ¿Es una adicción la música?

No, es una posibilidad del espíritu, es un lenguaje y como tal sirve para dar cuenta de uno y del mundo, transfigurarlo y tranformar las sensibilidades. Lo que pueden ser una adicción son los productos musicales y medios para vender y reproducir. 

- ¿Cuánto tiempo por día pensás en ella?

Depende de las épocas, actividad y cosas pendientes. Pero nunca ocupa todo mi tiempo. En todo caso, lo que atraviesa la mayor parte de mi tiempo es cierta atención y avidez por la belleza, una intuición poética que abarca la música, poesía, formas físicas, equilibrios, movimientos, contemplación y comprensión de los pequeños y grandes sistemas que nos rodean, elementos de disciplinas que no manejo pero para los cuales tengo una sensibilidad atenta a las emociones posibles.

- ¿Qué crees que ven en vos los que lo siguen?

No lo sé realmente y no se si me interesa saber.

- ¿Cinco discos que ames?

"A Homero"  Susana Rinaldi, "Mediterráneo"  J. M. Serrat, "A que florezca mi pueblo" M. Sosa", "Carioca" Chico Buarque, "Oregon in Moscow"  Oregon y la Orquesta Sinfónica Tchaikovsky de Moscú.


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