La poesía es, sin lugar a dudas, un elemento fundante de la música popular, del folklore de la raíz más honda. Por eso, en la 54 edición del festival de festivales ha tenido una presencia inquebrantable, sobre el escenario y debajo de él.
Por supuesto, el ya tradicional Encuentro de Poetas con la gente albergó reflexiones, canciones y recordatorios a inmensos hacedores del verso como Francisco Urondo, Jorge Leónidas Escudero o Atahualpa Yupanqui. Como privilegio ineludible, en ese contexto, la madrugada del jueves se abría amparada por la poesía musicalizada del cardinal compositor uruguayo Daniel Viglietti.
Su presencia en el Valle de Punilla sirvió para que la música celebrara y tal vez hiciera un acto de justicia y reconocimiento. Con la contradicción de una presentación infinitamente menor, inversamente proporcional el tamaño de su obra, Viglietti cantó por primera vez en el escenario Mayor y eso es, más allá de las consideraciones, un hecho elogiable, histórico,
Al pisar la escena, el reloj habilitaba el homenaje a Don Ata en su natalicio número 106. “Imagino que todos saben quién es Héctor Roberto Chavero. Es una gran alegría cantar sobre un escenario que lleva su nombre” señaló el montevideano, al tiempo que regó sobre el suelo coscoíno un puñado de melodías inolvidables y contundentes: “Canción para mi América” -“más conocida como Dale tu mano al indio, canción que grabó Mercedes Sosa, comentó- . “Otra voz canta”, el sentido recuerdo de los desaparecidos con versos de la poeta Circe Maia. Luego, el homenaje a Yupanqui con la “Chacarera de las piedras” y como cierre, una muestra de su innegable militancia con “A desalambrar”.
El poeta, además confesó que el hecho de pisar el escenario mayor lo retrotraía a su regreso al Uruguay, tras sus largos años de exilio.
Al mismo tiempo, el creador mencionó la centralidad de la obra de Juan Gelman, poeta argentino recientemente fallecido. En diálogo exclusivo con FolkloreCLUB, Viglietti remarcó: “Juan Gelman es un poeta excepcional, yo lo uno, en mi recuerdo y en mi admiración a un César Vallejo, a ese nivel.” En tanto, sobre la vinculación personal con la poesía, el artífice de “La llamarada” consideró: “La importancia de la poesía en mi obra es muy grande, de eso estuve hablando en el encuentro de poetas. En una etapa primera de mi trabajo, empecé haciendo letra propia, pero también musicalicé poetas como Lorca, Nicolás Gillén, el gran César Vallejo, Mario Benedetti, como Circe Maia de quien canté un poema sobre los desparecidos” “Después, con el paso del tiempo me fui afirmando en mis propias letras, de manera que ahora prácticamente no musicalizo poesía e intento que haya una voz poética en lo que yo compongo”.
Con todo, el romance entre los versos y la música, tuvo un segundo encuentro durante la sexta luna: el Chaqueño Palavecino invitó al escenario a Roberto Cambaré, creador de la emblemática zamba “Angélica”. Así, entre recitados y emociones, la poesía fue protagonista de una luna que enalteció la palabra, la lucha y la identidad lírica de nuestra música.