El ND Teatro se tiñó de fiesta y de pura emoción al recibir al querido conjunto salteño el pasado viernes 2 de noviembre en su tan ansiada vuelta a los escenarios porteños. Juan Peñalva, Rodrigo Villareal, Iván Vera y Facundo Rufino fueron protagonistas de una sublime velada musical en la que se brindaron con humor, carisma y transparencia al público de Capital Federal que colmó el lugar.
Una gran expectativa me cautivaba. Imágenes, melodías y distintos recuerdos me envolvían. Ya el año pasado Canto 4 había presentado su último disco Vamos! y La Trastienda les había resultado chica. Presentía que ésta no iba a ser la excepción y así fue. La interminable fila de espectadores que comenzaba en la puerta del teatro se extendía por casi dos cuadras a la redonda. Transité su recorrido para ir sellando el pálpito de lo que sería esta gran noche.
Un original comienzo tuvo a los salteños en primera persona rememorando, sentados al pie del escenario, lo que fueron sus primeros pasos por Buenos Aires. Entre los relatos iban entonando distintos temas casi a capella, sólo Rodrigo llevaba consigo la guitarra. Y debo admitir que, sin ánimo de desmerecer a nadie, jamás había presenciado una ovación tan fuerte como la que se vivió cuando "Perfume de carnaval" iba llegando al final y los aplausos fueron apareciendo hasta enardecer la sala. Le siguieron "Piedra y camino" y "Piel morena"; y se escabulleron detrás del telón.
De inmediato, la banda formada por Alejandro Campos (batería), Mauricio González (teclados) y Pablo Hormachea (bajo) ofreció una introducción instrumental para que Facundo, Rodrigo, Juan e Iván aparecieran efusivamente en escena con su impecable vestimenta. El enérgico espectáculo comenzó con "Baila", "Salamanca" e "Indivisible".
Conservando intacta la impronta vocal en la que lucen sobremanera la conjunción de sus voces, en este último material Canto 4 apostó a una nueva sonoridad en sus melodías que, además de atraer a sus fieles seguidores, les ha abierto caminos más que nunca en diversos países latinoamericanos. Recordando su paso por Ecuador, donde en agosto compartieron escenario con Víctor Heredia, entonaron una increíble versión de "Razón de vivir".
También hubo espacio para los clásicos temas que forman parte de sus tres discos anteriores. El público disfrutó cantando junto los músicos "Todos a bailar", "Gato del festival" y "Nuestro juramento".
"Nos gustan mucho las zambas porque venimos de Salta", fueron las palabras que pronunció Rodrigo para dar paso a una seguidilla que comenzó con "Eclipse", con la que todo el público quedó inmóvil admirando su interpretación. Luego aparecieron "Al bailar" y la clásica "Sombra herida", coreada con sentimiento por los presentes.
"Salta soy", "La arenosa" y "Recuerdo salteño" homenajearon a sus tierras como antesala de la fiesta que estaba por desatarse. Y el momento más divertido llegó con "La pura verdad", "Obsesión", "El Ying & Yang" y la alegre saya "Lejos de tí".
El desenlace de la increíble presentación de Canto 4 se caracterizó por el vaivén de climas que generaron. Tras este festivo fragmento vivido recientemente, apareció su ya clásico mix de zambas a capella con "La nochera", "Zamba de mi esperanza" y "La López Pereyra".
Una gran emoción se apoderó de los músicos y se propagó por todo el teatro cuando entonaron una especial y sentida versión de "Canción con todos", de Cesar Isella y Armando Tejada Gómez. Esta es una canción que, como compartió Rodrigo, han comprendido en este momento de su trayectoria el significado y la importancia que tiene como mensaje para toda latinoamericana.
Para el cierre cantaron "Chacarera del rancho" y todo el público los despidió de pie con palmas, silbidos, y baile. Canto 4 se plantó en el escenario del teatro colmado, desplegó su música y su carisma, se adueñó y alegró los corazones de todos los presentes... en fin, conquistó Buenos Aires nuevamente.