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El grupo con raíz jujeña Inti Huayra colgó de las estrellas, los días jueves 3 y domingo 6 de noviembre, un sonido puramente norteño para un público que asistió al teatro Anfitrión, y se llevó el mejor sabor de su primera presentación propia en Buenos Aires.
Ezequiel López (guitarra y voz), Pachi Herrera (cuerdas y voz), Bacha Fiad (percusión), José Alba (instrumentos de viento), y Capi Nieva (instrumentos de viento) son los Inti Huayra, que significa en el vocablo quechua: viento del sol.
“Imaginen un pueblo del interior del país que lo único que tiene es la llegada del tren, en donde los hombres se ponen la ropa dominguera para ir a ver a quienes llegan y a quienes se van. Ese lugar para esperar las nuevas maestras de las escuelas, buscar los remedios o conectarse con el mundo entero. Todo eso fue desapareciendo, y por ende muchos pueblos y culturas pasaron al olvido. “El último tren” es una canción fundamental para nosotros”, anunció desde el escenario la primera voz del grupo, Ezequiel López, a minutos de terminar el show.
Ahora bien, cierren los ojos para iniciar un concierto de locomotoras, y viajar abrazados del viento a la interpretación instrumental más maravillosa del grupo. Sin lugar a dudas es la pieza consagrada por el resultado real que logran con la quena, guitarra, percusión, el triángulo o el charango.
Minutos antes de las 21, “El cacique del erque” como lo apodan a Capi Nieva revoloteó su instrumento sobre las cabezas del público, y dio comienzo al espectáculo. Así las canciones “Sirviñacu” de Jaime Dávalos y “Camino hacia la Puna” de Víctor Hugo Barrojo, se cruzaron con otras propias del conjunto como “Cueca del norteño”.
Con sólo subir un poco la mirada uno absorbe los paisajes de la provincia de Jujuy. Sucede que cada integrante del grupo no se cansa de nombrar bajo cualquier excusa -ya sea a través de sus voces o de una remera que tiene la leyenda “Viva Jujuy”- al lugar que los vio nacer.
Una escenografía con altos cerros de 7 colores y los rostros de una pareja de coyas, le dieron al teatro un clima de quebrada. Y si a esto se le suma el ritmo y el fraseo de la canción “Soy el diablo de Humahuaca”, la sensación de estar en ese Patrimonio de la Humanidad se hace casi real.
Otro tema que figuró en la lista fue “Labrador de Uquia”, incluido en un próximo disco de producción independiente. Al presentarlo, López cuenta que es un bailecito que escribieron camino a Abrapampa, donde palparon con sus propias manos a esos coyas que lo único que hacen es trabajar, porque realmente no tiene tiempo de pensar en otras cosas, pero son ellos los que “contribuyen al crecimiento de este país”.
“Hace poco hemos terminado de grabar el segundo disco, que en una semana va a salir a la venta y se va a llamar Almas”, nos anticipó Capi Nieva. El disco contiene 14 temas, la mayoría de autoría propia, y va a seguir la línea del primero (Pa´la vuelta) pero volcándose un poco más a lo social. De hecho las letras ahondan en lo profundo.
Hay un gato que se llama “Gato pal Perro”, que según confiesa Nieva “es una travesía que hicimos para el Perro Santillán, que es uno de nuestros referentes porque tiene un compromiso social muy grande en Jujuy”.
Los temas “Verde limoncito”, “Chacarera del zorrito”, “Bichito de luz ”, “Demasiado corazón”, y otros instrumentales completaron un recital de hora y media de puro dialogo entre las quenas, creando un perfecto contrapunto musical, y marcando una gran dedicación a los ensayos para lograr arreglos de otra naturaleza.