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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


18/06/2013

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El músico jujeño Capi Nieva, vientista y compositor, presentó su disco Venteros el pasado viernes 14 de junio en el salón Buenos Ayres Club, del barrio porteño de San Telmo. Junto a sus músicos y a Bruno Arias, como artista invitado, compartió los temas de su nuevo material atravesado por sus historias personales vividas en la mágica provincia del noroeste argentino.

“Venteros de labios quebrados zampoñas y quenas sonando…”, es la frase con la que comienza la bella canción “Guanuqueando”, un aire de cueca con letra de Graciela Volodarski y música de Ricardo Vilca. El humahuaqueño Ricardo Vilca es un gran referente de muchos músicos, sobre todo de los jujeños como lo es en el caso de Capi Nieva que ha tenido, además, el honor de hacer música junto a él. Es por esto que en homenaje a uno de sus maestros toma la palabra “venteros” para representar su álbum musical.

“Es una palabra que no existe en el diccionario. Venteros se los denomina a todos aquellos músicos de instrumentos de vientos andinos como quenas, sikus, erkes, pinkullos y flautillas. Este disco es, en parte, un homenaje a estos venteros que desde chicos empiezan a tocar en las bandas de anateros, en los pesebres, en las comparsas; y que a medida que van recorriendo las calles de los barrios de Jujuy van creciendo y anhelando sus sueños. Y es algo que me pasó a mí también, es parte de mi historia”, compartió emocionado Capi Nieva minutos antes del espectáculo en exclusiva para FolkloreCLUB.

Sus comienzos musicales, como tantos otros artistas jujeños, transcurrieron en la Peluquería de los Hermanos Chañi. Aquello que comenzó como un juego de chico se convirtió en un compromiso, más que nada social, de poder expresar lo que vive y siente. Este sueño lo llevó a dedicarse profesionalmente a la música.

Ocho de las trece canciones que contiene su material discográfico son de su autoría. En sus composiciones y melodías refleja sus historias de vida, aquellos momentos, fiestas típicas o personajes que han quedado guardados en su mente y en su corazón desde pequeño hasta este momento que se encuentra en el desafiante camino de ser solista.

Pasadas las 22 horas los músicos Martín Jerez (guitarra), Andrés Cazón (batería y percusión) y Renato Careaga (bajo) comenzaron a tocar sus instrumentos; y apareció Capi con su quena para deleitar a los presentes con el misachico “Peregrinos de Paypaya”, que compuso junto a Ricardo Vilca.

Seguidamente compartió una cueca propia llamada “Niña descalza”, un gato de Ramiro Zárate Gigli titulado “La bruja del gato negro”; y “Belicha”, una chacarera que compuso en honor a las mujeres de Belén, de Catamarca.

“Venimos a traerles el calorcito jujeño”, fueron las palabras con las cuales Capi se dirigió a su público para dar bienvenida a la velada que contó con una gran calidad musical. Con los punteos de guitarra, la fuerza de la batería y del bombo legüero sumado a los acordes del bajo, los músicos acompañaron a Capi, que con el increíble manejo de sus instrumentos de viento lograba transportar a uno al norte de nuestro país.

El bailecito “Luz de anhelos” dio pasó a “Corazón de indio”, poema de Domingo Zerpa y música de Hugo Bistolfi que contó con un recitado previo de Capi. Dos parejas de bailarines del Ballet Amanecer criollo, con típicos trajes de coyas, danzaron con pañuelos blancos acompañando la suave melodía. También lo hicieron con el alegre ritmo de los bailecitos que finalizaron con “Viva Jujuy”. Más tarde, obsequió una hermosa versión de “Guanuqueando” en la que se lució una vez más con su quena y su sikus.

“A Haqay Pacha”, que significa el mundo del más allá en quechua, es una tonada de erke que compuso para contar de la vida que hay después de la muerte. "Los coyas creemos que cuando el alma deja el cuerpo pasa al estado que está en la Haqay Pacha que es parte del mundo de arriba; y el erke retumbando en los cerros dan aviso de que alguien se ha ido y se genera una gran fiesta porque ese alma se encuentra en un mejor lugar”. Para esta interpretación Capi bajó del escenario y comenzó a girar el erke en grandes círculos generando un hermoso sonido, típico de este milenario instrumento.

Promediando la noche llegó Bruno Arias para acompañar a Capi Nieva con su característica voz en “Quebrada de sol y de luna”. También compartieron la zamba “Alfonsina y el mar”, en la que una pareja del público se animó a bailar al pie del escenario.

Cerca del final de la función regaló “El último tren”, un joropo de Ricardo Vilca en alusión a aquel último ferrocarril que pasó por la Quebrada de Humahuaca. Y, en homenaje a Amaranto Chañi que nos dejó hace pocos meses, interpretó “Saya de amor”, uno de los temas que le enseñó y que más lo marcó en su época de aprendizaje en la peluquería de los Hermanos Chañi.

La despedida fue con una selección de carnavalitos en la que los bailarines danzaron junto al público, también se sumó Bruno Arias para bailar en una gran ronda que se convirtió en un trencito que recorrió todo el salón alegrando a los presentes.


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