}
Un partido por la tarde entre periodistas y artistas, fue el comienzo de la quinta luna. Allí, los encargados de llevar al mundo el Festival y los que se suben al Escenario para ser los protagonistas de las historias, se enfrentaron en el deporte más hermoso y popular. Ganaron los periodistas 4 a 1. Luego de 11 años, la victoria fue de los que a veces poseen el poder de la palabra.
El poder de la convocatoria, y los fuegos de la misma eran los que explotaban y los que daban la bienvenida a la noche más concurrida hasta ahora. En esa presentación, Marcelo Simón hablaba de Víctor Heredia. Alguien que sabe de multitudes, que conoce bien esto de ser un artista popular y del que, muchos hinchas para hacerlas propias, cambian canciones para los estadios.
Así Víctor, que se presentó con varios y variados artistas, fue uno de los platos fuertes. Él que comenzó con “Pueblo Victorioso” y continúo con “Aquellos soldaditos de plomo”, “Ahora, imagínalo” y “Ojos de cielo”. Él que en cada canción muestra la lucha de toda una generación y la esperanza de miles que han visto y oído en las voces de los de su “especie”, el arma para luchar, desde la canción.
“Bailando con tu sombra - Alelí”, “La flor azul”, “El misterioso dragón” y “Sobreviviendo”, fueron preparando el segundo plato fuerte. Pero antes, como siempre estuvo la entrada.
La noche comenzó con Guitarreros, que comenzaron a levantar la Plaza con temas como “Febrero en mi alma”, “Savia de cantor” y hasta un “Himno a Cosquín” como agradeciendo los aplausos y los festejos. Estos fueron moneda corriente en la noche donde se presentaron Gustavo Patiño, Mario Díaz, Motta Luna, Raúl Palma y Canto 4.
Los salteños que presentaron sus CD’s y su indumentaria de Benito Fernández, llevan a Salta en la sangre y en las ropas. Esa fue la explicación cuando se lo preguntaron y más allá, es lo que se nota a simple vista. Ellos que hace un año pusieron a la Plaza de pie, volvieron para reafirmar ese amor.
Temas como “Cantores”, “El yin y el yang”, “A bailar”, “La nochera”, “Gato del festival”, y un “Recuerdo salteño” que siempre lo traen a la memoria, fueron algunos en una presentación que tuvo de todo.
¿De qué color son los sueños?
Abel Pintos, es el típico caso del chico al que todos le desean lo mejor. Por su humildad y por su nivel. Perdón, no olvidábamos de su voz. ¡Por el amor de todos los dioses que voz!
“Me gusta que le pase esto a Abel”, diría una colega, mientras el “esto” era una Plaza que lo guiaba hasta lo más alto, con unas 14 mil almas. Almas que se complementan con la de él, que piden “No a la trata y ser feliz más allá de todo”, como el mismo Abel.
“Quien pudiera”, “El beso”, “Quisiera”, “La llave”, “Sueño Dorado” y “Cactus” fueron los primeros temas. Me permito cometer un pecado y escribir en primera persona, pero Abel, gracias por ese tema. En "Cactus" se revive siempre Gustavo Cerati y te permitís superarlo a veces en esa versión…
“No me olvides”, “Solo”, “Peregrinos”, “Todo está en vos”, “Aventura”, “Bella flor” y “Tu voz” eran los últimos temas. Eran, porque la pasión que despierta Abel, las multitudes que lo aclaman, hacían que todo se transformara como en una cancha de fútbol y a viva voz gritara por él.
Al volver, el desahogo (como un gol) fue lo que se vivió. Estaba ahí, cerca. Lo podían ver y escuchar con una maravillosa canción como “El antigal” y “Revolución”.
Él anticipaba el nombre del tema, pero todos sabían que lo que realmente pasaba era una revolución. Dentro y fuera del lugar. El pensante de la misma, un soñador, llamado Abel.
Nota: Juan José Coronell
Fotos: Gisela Chiquiar