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No le importa si uno comete el error de preguntar lo mismo de otros colegas. Ni se inmuta si alguien no es original. “Vos preguntá tranquilo chango”, dice y uno ya se siente mejor, más cómodo. En La Fisura, luego de tocar en la peña La Salamanca, la calle de Cosquín tiene los colores de la Wiphala y es porque Bruno llega caminando como uno más.
Entra y me invita al costado del escenario. Allí acerca un tacho de pintura medio abierto. Lo usa de silla y comienza a responder. Se queda mirando la pared o saluda a alguien, mientras escucha. Cuando responde mira a los ojos. Un poco desafiante, con demasiada honestidad y entrega. Mira fijo y con fuerza, casi que intimida. El cantor de la alegría, del carnaval, de los originarios, pero también el que canta injusticias. El que lucha cantando y canta luchando, está ahí a centímetros. Responde para FolkloreCLUB, mientras arman todo para que suba al escenario. Pero él está ahí, “al costado del escenario” tal como prometió y comienza a responder…
-¿Qué fue más difícil? ¿Puntear una chacarera con una guitarra que tenía una sola cuerda, o que este kolla en la ciudad posicionara la música norteña?
Bruno Arias: lo difícil fue decidirse a ser músico. El músico en mi provincia no tiene buen marketing. Si sos músico sos un borracho, te llenan de prejuicios. No es una forma de vida ser músico. Son bohemios que nunca vivirán de la música. Si no estudian no tienen futuro. O hacer música es ser director de orquesta no más.
-Porque vivimos en una ortodoxia, aún en el Siglo XXI. Prejuicios si sos músico o si estás en el ambiente de la música, por lo que tocas. Por ejemplo a Raly Barrionuevo y a Luciano Pereyra los pusieron en tela de juicio por tocar baladas, cumbia o rock…
BA: Sí. Yo creo que ellos dos son changos que se juegan por la música y laburan desde hace años. Se animan a proponer algo distinto. A los que les gusta bien y si no también. Yo los respeto. Lo que creo es que hay muchos caminos para la música. Podes agachar la cabeza y hacerle caso a un pensamiento o seguir el camino de grande referentes como Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Víctor Jara o Violeta Parra. Esta última decía que los jóvenes debían crear, desestructurarse, ser libres, componer y la composición es un pájaro que vuela pero nunca en línea recta. Yo trato de seguir en ese camino.
-Volvamos a vos. Parafraseando a Hamlet Lima Quintana, ¿crees que la gente del norte, nuestra gente del norte, y toda una generación encontró en vos ese cantante que se enfrenta al poder, a los problemas, que dice lo que no podemos? ¿Crees que encontraron en vos parte de esa gente tan necesaria?
BA: Me siento un músico que trata de transmitir lo que vive. En una chacarera de Adrián Temer - Pachi Alderete, que se llama “Copla del cantor”, dice
El cantor no es más que un medio
Por el cuál su pueblo canta. .
La senda y la madrugada
Van marcando su tonada
Eso tiene que ver conmigo. Voy en constante aprendizaje. Uno nunca llega a un punto. La música tiene tanta libertad y diversidad que no vas a aprender nunca todo. Es mágico.
En mi caso me quiero nutrir de los grandes exponentes, y de la gente que lucha. No me banco las injusticias. Tengo un tío desaparecido en la dictadura y seguro eso ayudó a que yo tenga un ideal. El murió por sus ideales y a mí me gusta continuar ese pensamiento.
-Además te sienten más cerca. Es como canta Zitarrosa, “cuanti más lejos te vayas más te tenes que acordar”…
BA: “Cuando uno se va comienza a conocer su tierra” dice Atahualpa también.
-Siguiendo con lo mismo y ya que comenzaste a conocer tu tierra, lo relaciono con los pueblos originarios y con líderes como Félix Díaz, que el año pasado recibió el Honoris Causa por parte de la Universidad Católica, con lo que significa que algo que depende de la Iglesia reconozca a alguien así. Después de la historia que conocemos con atropellos y demás…
BA: Creo que tiene que ver todo con romper las estructuras. Este pensamiento ortodoxo, del Opus Dei y demás y el quiebre tercermundista de curas como Mugica, o de líderes como Félix -que creo que sí son gente necesaria- marcan tendencia. Esos cambios son para bien pero como decía Cuchi Leguizamón, hay gente que desacredita el cambio. Y en otra frase de él, “no se puede hacer la revolución con dos hojas de papel y yerba”. La única forma de combatir la crisis es con cultura. Sigo esas frases y persona que me entran en la sangre y en la piel.
Vivimos tiempo de que necesitamos una América más integrada y menos dolorosa. Los pibes se acercan más a la política y la quiere luchar. Y con personas como él es más fácil.
-Te traigo a Cosquín. En la conferencia y en los rumores de colegas tu nombre aparece como la Consagración de este año. Vos dijiste que te consagró la gente y lo creo. ¿Pero te ilusiona ganar ese “título” por así decirlo?
BA: A mí me gusta estar en el “circuito” por así decirlo. El circuito de lo que sea. Si Buenos Aires necesita que alguien como artista tenga una discográfica estoy. Si uno no está, y desprestigia a esos lugares, siempre no me parece bien. En un lugar donde se presentaron gigantes de la música, no puedo no estar. Siempre voy a ir a todos lados. Por ejemplo si me invita Tinelli para tocar, ¿cómo no voy a ir? Si puedo ganar un espacio y dejar un mensaje. Me parece necesario, porque como dice Calle 13, si “conecto a uno conecto a diez”. Después lo del premio sirve para una mayor difusión. Para que te traigan de vuelta, para que te puedan ver, para que la gente te disfrute. Yo no soy soberbio para decir “ese rótulo es para mí”. Lo único no sé qué prueba pasar para ganar un premio en Cosquín. Por más que yo gané la mejor interpretación de “Vidala del nombrador”, poder levantar la bandera de Jaime Dávalos y Eduardo Falú. Pero si me lo dan que sea sincero, como es la gente.
Jugando un poco con una frase de Manu Chao, “próxima estación Esperanza”, vos te subiste a un Bondi Cultural hace un tiempo. ¿Qué estaciones le esperan a ese bondi?
BA: Ese bondi fue conceptuado para que los cantautores independientes, sean respaldados y tengan sus derechos de autor como todos. Lo pensé para aportar para que tengan sus temas en SADAIC los cantautores y que estos dos temas que tengan grabados, salgan con un disco legal y les sume a la obra como condición grabada.
El Bondi es para difundir a talentos que no pueden mostrarse. La próxima estación sería un Cd por el Instituto de la música. Que la Ley de la Música permita subsidiarlos.
Llega Verónica, que trabaja con el jujeño, y le dice: “Bruno, tu banda está sonando”. Sale corriendo. Me palmea y me deja pensando que hablamos mucho, pero que es una persona para hablar muchísimo más. Casi por arte de magia, en pocos segundos está cantando y disfrutando. Los que están ahí festejan y lo escuchan. Lo reconocen como ese medio por el cual el pueblo canta. Yo lo miro y me quedo pensando en Lima Quintana. Y le digo por lo bajo a Bruno: “Vos sos de esa gente, tan necesaria”.