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El nuevo material del santiagueño empezó en septiembre a transitar por los caminos del interior, fue en La Rioja, y casi un mes más tarde fue el turno de Capital Federal, frente a un Coliseo repleto.
“Alma rezabaile”, “Melodía viajera”, “La Rafa Touriño” y “Cenizas de tu amor” fueron las primeras canciones que sonaron en la noche, todas de su autoría. Luego homenajeó al cantor Jacinto Piedra entonando “Un pájaro que canta” y “Chacarera del cardenal”.
“Buenas noches Buenos Aires”, dijo Raly Barrionuevo, y tocó “Como el sol”, el primer tema de Rodar. Después vinieron “Mochileros”, “El sol parece lluvia” y “La bienvenida”, cantada a dúo con Lucía Barrionuevo, su sobrina.
Para seguir con la presentación del nuevo material discográfico, interpretó “Mujer caminante”, “Al costado del camino” y “Bower”. Continuaron con “El sueño de los viajeros”, “este tema, como todos los de Rodar son historias que ocurren en la ruta, en los caminos”, dijo el santiagueño.
Después llegó "Luna del Albigasta", para la que en la grabación también puso su voz Ariel Puchetta; “el ex líder de Ráfaga es de Fías”, comentó Barrionuevo. Luego transformaron en una fiesta el lugar, donde algunas hasta se animaron a bailar al compás de "Mujer de fuego".
Interpretó cada tema siempre acompañado por los músico de Rodar; Cesar Elmo (batería y percusión), Sebastián Sayes (bajo), Clara Presta (piano, acordeón y coros), Marcelo Gómez (guitarra y coros) y Edgardo Castillo (guitarra, vientos y coros).
Antes de cantar "Niña de fuego de la América sagrada" no pudo dejar de referirse a los pueblos originaros, especialmente en esa noche de 12 de octubre. El último tema de Rodar llegó con "Duerme", "¿cómo le vas a poner a una canción de cuna sino?", dijo sonriendo con su cuatro en la mano.
Para el suspiro de gran parte de la platea vinieron "Cuarto menguante" y "Solo tus ojos", y el teatro se trasladó de nuevo a un patio santiagueño con "Chacarera del sufrido" y "Zamba de usted".
Luego fue el turno de cantar "Frías", "Querencia de mi sentir", "Mateando con mi mama" y "La olvidada"; para las dos últimas, Raly no estaba en escena y quién las entonó demostrando su enorme voz, fue Marcelo Gómez.
Regresó con la guitarra a cuestas para deleitar con su dulce versión de "Juan Labrador". Después llegó "Hasta Siempre", con toda la fuerza propia de la canción, y de la platea al escucharla. La euforia bajó al sonar "Eva luna", pero la adrenalina y el agite de palmas volvieron rápidamente con "Ey paisano" y "Circo criollo".
Así, el Teatro Coliseo de a poco se trasformó en una gran peña, con parejas buscando un lugar entre las butacas donde poder bailar la "Chacarera del exilio" y "Gato del festival". Para el momento final, con "Oye Marcos", el teatro fue nuevamente una enorme platea.
Se produce una carcajada general cuando Raly vuelve, y se pone a andar por el escenario en la bicicleta que había estado detrás suyo todo el concierto. Y genera, con los primeros acordes de "Zamba y acuarela", un genuino aplauso de los presentes.
Para el final quedaron "Como danza la esperanza" y "Somos nosotros", temas que ya vienen acompañándolo desde hace algún tiempo, que lo identifican a él como artista, y ciudadano comprometido; al igual que cada una de sus creaciones.
“Rodar no es un paso calculado, es un simple puñado de canciones viajeras que pujaban por salir”, escribe Raly Barrionuevo en su reciente CD, e invita en él a viajar con la música, algo que logró perfectamente en esa noche porteña.