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La guitarrista y compositora Cecilia Zabala cerró el domingo 30 a las 21 el ciclo de tres conciertos en el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF) con las presencias de María Volonté, Yusa y Carolina Peleritti.
Después de presentar su tercer disco Presente Infinito en 2011 y antes de partir a su quinta gira europea, Cecilia Zabala realizó un puñado de conciertos junto a su grupo y un colectivo de artistas invitados, en el Club Atlético Fernández Fierro, los últimos tres domingos de septiembre.
Cada una de las tres noches Cecilia Zabala y su grupo recorrieron un paisaje diferente con material de los tres discos de la autora e intérprete (Aguaribay-2007, Pendiente -2008 y Presente Infinito -2011). Durante el ciclo se escuchó música especialmente arreglada para cada artista invitado. No faltaron las versiones y re-versiones de clásicos de la música popular argentina, desde Contursi a Yupanqui y desde Leguizamón a Spinetta.
Además, y a modo de anticipo, Cecilia dio a conocer algunos de los temas de su próximo disco con obras inéditas de Violeta Parra para guitarra sola (a editarse en 2013).
A Cecilia Zabala, en voz y guitarra, la acompañaron el grupo formado por Eliana Liuni, en vientos y más; Mariano Martos, en bajo fretless y Mario Gusso, en percusión.
Entre los artistas invitados, contó con la presencia de Raúl Carnota, María Volonté, Mono Fontana, Gabo Ferro, Franco Luciani, Georgina Hassan y Yusa, entre otros.
No se trató de encuentros fugaces en el escenario sino que la guitarrista escribió arreglos para cada uno de los músicos invitados al ciclo. Así, el recital del último domingo tuvo rasgos extremadamente finos y sutiles que se combinaron con el despojo y descomunal talento de la cantante, compositora y multiinstrumentista, Yusa. A partir de esa mezcla, Cecilia logró una perspectiva nueva sobre los sonidos de nuestra tierra, que combina lo ancestral con lo moderno de manera más que interesante donde quizás sólo aquellos que piensan contra lo oscuro del mundo o contra la desolación procuren una armonía tan precisa y una belleza resultante de los más pequeños elementos volcados en un recital.