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El cuarteto de música folklórica Trina la Diuca mostró los temas de su primer material discográfico que lleva el nombre del grupo en un acogedor espectáculo, que se llevó a cabo en la agradable noche del martes 26 de junio en Café Vinilo, situado en Palermo Soho. Pablo Fraguela y Juan Ignacio Sicardi fueron los invitados que acompañaron a los músicos.
El clima primaveral que se vivió en la Ciudad de Buenos Aires el pasado martes incitaba a hacer un buen plan con amigos. Y qué mejor que una salida en grupo para acercarse a Café Vinilo donde la joven banda de folklore presentaría su nuevo disco.
Este conjunto que nace a mediados del año 2007 está conformado por Dolores Usandivaras en voz, Laura Luz De Iudicibus en voz y arreglos vocales; y por el dúo de guitarras de Ignacio Eguía e Ignacio Romero.
Con la sala totalmente completa, en su mayoría por público joven, Trina la Diuca subió al escenario cerca de las 21.30 horas para dar comienzo a la función con "La copla perdida", una chaya de Ramón Navarro. De inmediato, las voces de Dolores y Laura dieron paso a un huayno de Chacho Echenique llamado “Doña Ubenza”.
Ya con este inicio quedó en evidencia el estilo musical del grupo que interpreta con peculiaridad distintas canciones de reconocidos y legendarios intérpretes de nuestra música popular como así también de nuevos referentes del folklore argentino. Este estilo propio pone el acento en el dúo vocal que conforman Laura y Dolores que con la mixtura de sus dulces voces generan un clima totalmente armónico junto con la compañía del dúo de guitarras de los dos Ignacios, generando una envolvente melodía enfatizando más que nada los punteos.
Tras unas palabras de agradecimiento por la presencia de los espectadores presentaron la chacarera de Jorge Marziali y Raúl Carnota “La Sixto violín”, la tonada de los Hermanos Núñez "Tristeza"; y la chacarera de Cuchi Leguizamón “Corazonando". Luego, las cantantes se acercaron al borde del escenario para deleitar a los presentes con un comienzo a capella de “Amachinaditos”, de Gerardo Macchi Falú y Jaime Dávalos. El público acompañó respetuosamente con palmas el cierre de esta canción melódica.
Con la interpretación de la tonada "A San Juan", de Juan Falú aprovecharon para comentar que este músico es un gran referente para ellos ya que los cuatro están cursando o han terminado de cursar la carrera de Tango y Folklore del Conservatorio Manuel de Falla en donde Juan es maestro junto a tantos otros músicos de nuestro país.
Antes de dar paso a un breve intervalo, los músicos contaron el origen del nombre del grupo. Éste nace con la formación ya consumada y luego de varios conciertos brindados. No sabían de qué manera se iban a llamar, consultaban a amigos pero ninguna denominación los atrapaba. Hasta que un día comenzaron una búsqueda a través de la lectura de distintos libros entre los cuales apareció la poesía de Pablo Neruda "Los hombres" que relata la llegada de los pobladores originarios de América a la Patagonia argentina, donde se encontraba este pájaro llamado La Diuca que también se encuentra en otros países. Esta historia atrapó su atención y encontraron en esta frase la idea justa para representar a su conjunto, ya que trina significa cantar y La Diuca es este pajarito que, además, dicen que es de buen augurio.
Ya finalizando la velada la banda retomó la función con la zamba de Atahualpa Yupanqui "La Raqueña" que fue muy ovacionada por el público que, a continuación, recibió de manera muy cálida al primer invitado de la noche: Pablo Fraguela. Con su acordeón acompañó a los músicos en la guarania “El río y tú”, de Oscar Matus y Armando Tejada Gómez; y en el chamamé “Pescador del Río Bravo”.
Tras el cierre de este bloque litoraleño entonaron la cueca cuyana de Saúl Quiroga "Corazón" y, subió al escenario el segundo invitado de la noche Juan Ignacio Sicardi para acompañar con el piano "Zamba del laurel", de Cuchi Leguizamón y Armando Tejada Gómez. Este fue uno de los temas más ovacionados junto con el gato de Raúl Carnota “El tímido”.
Para la despedida tenían preparado un dulce huayno que interpretaron de manera muy sentida. Fue así como con el punteo de las guitarras dieron paso al tema “Hasta otro día”. Los músicos se fueron del escenario ovacionados y volvieron con el gato “El buen remedio” en el que al final invirtieron los roles: los chicos tomaron el micrófono para cantar y las chicas tocaron el acorde final en las guitarras. Era la última canción pero a pedido del público, que no dejaba de aplaudir, ofrecieron un tema más. Trina La Diuca volvió a interpretar “La Sixto violín” pero esta vez la chacarera fue acompañada por la improvisación que brindaron los invitados Pablo y Juan en acordeón y piano, respectivamente.