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En el cierre de su gira “Por los pueblos” el legendario septeto de folklore andino Illapu, se presentó el pasado sábado 26 de Mayo en el Teatro SHA (Sarmiento 2255), donde ofrecieron un repaso por los clásicos de toda su carrera. Expresión fundamental de la Nueva Canción Chilena desde hace 41 años, los Illapu brindaron un concierto con un clima festivo pero con la profundidad de un canto de compromiso con los pueblos y la historia de Latinoamérica. Fueron teloneados por la banda de folklore argentino Los duendes de la Salamanca, organizadores de su gira en la Argentina.
La velada del sábado comenzó con la presentación de Los Duendes de la Salamanca, grupo folklórico de La Plata, que tuvo como protagonista vocal a Milena Salamanca. Con tan sólo 18 años, esta platense fue ganadora del Pre-Cosquín 2012 en la categoría Vocal Femenina. Acompañada por sus músicos, entre ellos su padre Luis, cautivó a los presentes no sólo con su voz sino con la danza. Realizó un recorrido por la música de ritmos criollos interpretando “Duerme negrito”, de Atahualpa Yupanqui “El surco”, de Chabuca Granda, “Amorosa palomita”, la hermosa zamba “Jujuy Mujer”, y “Carallanta”, entre otros temas. Con una chacarera dedicada a los Pueblos Originarios se despidieron los Duendes de la Salamanca para dar paso a los chilenos.
“Canción que ha sido valiente siempre será canción nueva” escribió Vítor Jara en su obra “Manifiesto”. “Illapu por los pueblos”, como se dio en conocer esta gira, revela la herencia de esa afirmación embanderada por uno de los grupos que ha sabido llevar el mensaje que, como un rayo, ha atravesado las fibras más sensibles de la América Latina. El sábado, los Illapu abrieron el concierto con un tema instrumental, demostrando ya desde el inicio la variedad colorida de su formación compuesta por cuerdas criollas como bandurrias, cuatros venezolanos, charangos de Bolivia, conjuntamente con guitarras electroacústicas, bajo eléctrico y teclados; variados instrumentos de percusión como el bombo legüero, cajones peruanos, congas, bongo, cultrunes, y djembes. La energía de una música que fusiona sus raíces latinas andinas con elementos del jazz, arreglos armónicos de voces en sus canciones, en donde cada uno de sus integrantes tiene un registro característico, la síncopa de la música afro-caribeña conjugando todo esto además con la inquebrantable fuerza telúrica del rock.
El concierto continuó con un tinku, “Tu propia primavera”, primer single del disco Morena Esperanza, donde Roberto Márquez, líder del grupo se lució con sus repiques en el charango. Con “Escribo por ejemplo”, los chilenos hicieron el primer matiz poético de la noche; canción que subraya el valor que los Illapu dan a la palabra como herramienta de acción política. Con la voz en off de Violeta interpretaron “Paloma ausente”, dedicado a ella. Luego de una hermosa versión de la canción de amor “Para querer”, llegó el momento de uno de los clásicos del repertorio de los chilenos: “Lejos del amor” donde lucieron la capacidad de sus voces en la belleza de los arreglos armónicos.
El nombre Illapu viene del idioma quechua y significa “rayo”; el grupo ha cantado a los temas emergentes y urgentes de Chile, de América y la humanidad. Sus canciones no hablan de otra cosa que no sea de la vida, el amor, la justicia, la preservación de las fuentes culturales de América, de las contradicciones entre la cultura y la naturaleza y las tensiones creadas por los procesos de modernidad. El concierto interpeló al pueblo Mapuche y la lucha por la represa de Bio-Bio. Erques, moxeños y zampoñas fueron los sonidos que alzaron la voz de un pueblo silenciado, prohibido, ultrajad y desaparecido. Roberto Márquez interpretó solo con su guitarra un sentido tema que habla sobre el pasado oscuro de Chile, referido claramente a la dictadura Pinochetista, “Tres versos para una historia”, una de las canciones más emotivas de Illapu. Tres bellos poemas convertidos en canción, para una única historia de dolor. Luego siguió una obra que ya es un himno en Chile, el único tema instrumental de Víctor Jara, “La Partida”, obra que también han interpretado artistas chilenos como el célebre charanguista Freddy Torrealba y los Inti Illimani.
“Y ahora un regalo para ustedes”, anunció Roberto, y tocaron la “Chacarera del exilio” de Raly Barrionuevo, que a pesar de no ser una especie folklórica característica en Chile fue interpretada con mucha energía y con un destacable sabor criollo que invitó a varios de los asistentes del público a bailar. Luego llego la cueca “Juana Azurduy” y una saya boliviana que hizo que la gente abandone definitivamente la actitud pasiva para ponerse a bailar por los pasillos del teatro.
Claro, porque Illapu proponen además de un llamado a la memoria, una invitación a la alegría y a la fiesta en comunión. Por eso, si algo puede objetarse de la presentación del sábado, ésta no recaerá jamás sobre la performance de los chilenos, sino sobre las condiciones del contexto en la que se presentaron. El marco de “sala teatral” pensada más para “escuchar” que para bailar y divertirse quizás no sea el mejor ambiente para disfrutar al máximo de un show de Illapu, repleto de energía y ritmo. Se destaca entonces el pensamiento, la profundidad de las letras, el compromiso de un canto que habla de las pérdidas, pero también de la esperanza de los pueblos. “Morena esperanza” es el título de un disco fundamentales de 1998, y ese fue también el último de los temas de la lista oficial.
Pero como era obvio de esperar, el público dijo bis y así lo tuvo. Y sonó “Vuelvo para vivir”, una obra que resume desde lo musical y lo poético la historia de los artistas chilenos perseguidos y exiliados. El 7 de octubre del año 1981, debido a la represión existente bajo el régimen de Augusto Pinochet, los Illapu fueron forzados al exilio. Se les catalogó de "activistas marxistas que participan en la campaña de desprestigio de Chile en el exterior". Por ello, se dirigieron a Francia. El 17 de septiembre de 1988, debido al mejor ambiente político existente en Chile, regresaron a su patria. Illapu volvió, integrado por: Roberto Márquez, Andrés Márquez, José Miguel Márquez, Jaime Márquez, Eric Maluenda, Carlos Elgueta y Raúl Acevedo. En 1991, con Juan Flores en lugar de José Miguel Márquez, sacan el álbum Vuelvo amor... Vuelvo vida, el single de este disco, "Vuelvo para vivir" se transformó en un éxito total y a la vez en uno de los himnos del pueblo chileno y de quienes sufrieron y sufren hasta hoy las consecuencias de la dictadura militar. “Vuelvo, amor vuelvo, a saciar mi sed de ti. Vuelvo, vida vuelvo, a vivir en mi país”. Y para coronar la fiesta Illapu se despidió con el clásico “Candombe para José”, con un público que a esta altura ya había convertido al teatro en una especie de peña bailable.
Noche inolvidable desde lo artístico, pero también desde lo social, el espectáculo de Illapu en Buenos Aires fue el “rayo” que aún sigue iluminando con sus destellos los dolores y las alegrías de los pueblos latinoamericanos.