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El conjunto de folklore El Rastro, formado por Marcelo Alfonzo, Rodo Barua, Enzo Corvalán y Adrián Nieva, conmovió con su repertorio en el espectáculo acústico que regaló a su público en la noche del viernes 27 de abril en el Bar Cultural El Andén. Cristian Ovejero los acompañó en la percusión.
Cuando marcaron las 00 horas en el reloj, la fría madrugada en el barrio de San Telmo se convirtió en una cálida velada gracias a la presentación del grupo El Rastro que ofreció una función íntima y muy conmovedora. Con la presencia de familiares, amigos y conocidos este grupo que hace ya casi dos años que los encuentra unidos, comenzó a desplegar su música al compás de dos chacareras: “Mariposa de amor” y “Santiagueñadas”.
Esta noche pensada para compartir un encuentro con sus seres más cercanos y sus seguidores estuvo cargada de sorpresas y teñida de un clima muy emotivo. A lo largo de su función tuvieron la posibilidad de contar la historia de su camino como músicos y como banda consolidada.
Tras la interpretación de un tema litoraleño llamado “Río rebelde”; Marcelo (1ra voz y guitarra), Enzo (2da voz y 1ra guitarra), Adrián (3ra voz y guitarra), Rodo (4ta voz y guitarra) y Cristian (percusión) recordaron a los presentes el significado del nombre de su grupo. Este deja plasmado el sueño de cada uno de ellos que es el de seguir las pisadas de los grandes maestros del folklore argentino. Algunos de sus referentes son Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Los Cantores del Alba y Los Tucu Tucu.
Paradójicamente, de este último grupo legendario, han tenido la gracia de establecer un fuerte lazo y una gran amistad con Carlos Sánchez quien los apadrina en su andar. Junto con él están grabando su primer disco que está pronto a lanzarse y, además, están siendo parte del nuevo material discográfico de Carlos. Aprovecharon para interpretar uno de los temas nuevos del Tucu Tucu llamado “Celos”.
Para continuar con el reconocimiento al conjunto tucumano presentaron una zamba llamada “Una plegaria”; y Marcelo contó su historia personal con “Nada tengo de ti”, tema que lo deslumbró desde pequeño y que escuchaba una y otra vez.
La conexión y el diálogo que tuvieron con su público fue una constante creando de esta manera un ambiente muy familiar. Los presentes pudieron ser protagonistas de esta noche también aclamando temas y bailando en el escenario.
Con brindis de por medio cantaron “Siguiendo el rastro”, chacarera que esboza en sus estrofas el camino que transitan, y “Esta noche será”, un huayno que compuso Marcelo. Seguidamente, invitaron al dueño de El Andén Agustín Civardi con quien cantaron la clásica zamba “Piedra y camino”.
Uno de los momentos más especiales de la noche se dio cuando Gabriel Mendoza, quien conformó alguna vez un dúo con Adrián, subió a cantar con los chicos dos zambas: “Lejos de ti” y “El Anacleto del viento”.
Dentro del cuidadoso y variado repertorio sonaron también “Anoche no dormí”, de Los Tucu Tucu y “Ciudad de la Banda”, con letra de Pedro Raúl Trullenque y música de Carlos Carabajal. También hubo un tema dedicado a las mujeres presentes con “Páginas de amor” y entonaron alegremente “Penas de un borracho”.
Sin duda el momento más íntimo y emotivo de la noche transcurrió cuando cada integrante del grupo compartió su historia y brindó un tema individual. Adrián se remontó a la primera vez que subió a un escenario cuando tenía 12 años en un pueblito de Catamarca llamado Rincón y, como aquella noche, lo hizo con su padre Juan Carlos que lo acompañó con la guitarra en “La sombra del amor”. Luego fue el turno de Enzo quien compartió un tema melódico llamado “Nada es normal”.
Y para continuar con este clima conmovedor Rodo se presentó con una dulce zamba llamada “Miéntele a mi corazón”; y, finalmente, Marcelo compartió su historia de desarraigo hecha canción en la que contó cómo fue su partida desde su ciudad natal de Santiago del Estero y el tener que dejar a su madre para cumplir su sueño.
La noche prometió ser emotiva y lo fue. Luego de este momento especial, el público quedó en silencio.
Más tarde, para levantar bien arriba el ánimo de todos sonó una zambita fiestera y la chacarera “La taba”. En el cierre ofrecieron “Ya me quemé con fuego” y “Até el caballo al palenque”, tema que integrará su nuevo disco.
La función había llegado a su fin y tras una fuerte ovación el grupo El Rastro se despidió. Pero tan sólo pudieron estar fuera del escenario unos segundos porque a pedido del público debieron salir nuevamente y, como alegría y ganas de hacer música sobraban, regalaron un final improvisado con un enganchado de temas. Así fue como todo el público de pie y bailando coreó efusivamente junto a ellos “Luna de Tartagal”, “Te vas” y “Soy un inconciente”.