Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


05/04/2012

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RECORDAR


Todo transcurre junto al viejo Mercado Nacional de Hacienda, en el cruce de la Avenida de los Corrales y Lisandro de la Torre.

La Feria de Mataderos ha sido durante años el lugar de encuentros de gente de distintas provincias, de niveles económicos, de culturas, donde una sola cosa los une más que todo: el amor a lo nuestro.

Ir a mataderos es alejarse del bullicio urbano y de alguna forma volver a oler un poco de tierrita, encontrarse con gente de sus mismas costumbres y porque no decirlo, con aquello que algunos desconocen y de esta forma acercarse a lo que constituye la argentinidad, unida en un solo lugar donde su mismo dialecto, comidas, musica, artesanías, hacen un conjunto de cosas, llamada folklore, donde la competencia no interesa, es solo compartir, tener la oportunidad de expresarse y ser libres en ello.

Si hablamos de arte este escenario frente al Resero y sus calles han sido testigo de innumerables artistas de renombres y de todo aquel que quiera abrirse campito en este inmenso mundo de la música.

No ha de faltar ningún domingo con parejitas vestidas con atuendos típicos, bailarines, gente entonando cantos, dándole riendas sueltas a su origen, tangos, vinitos pateros, todo esto es La Feria de Mataderos, que nació con la recuperación de la democracia y construyó un espacio para el encuentro, el festejo y la participación,

Para abrir un año lleno de sorpresas y de figuras de excelentísimo nivel, abrieron este abanico de lo que vendrá durante todo el 2012, El Duo Coplanacu, quienes en su nombre evocan un sentido de llamarse así, por la copla verdadera- popular y reciproca, naciendo de la gente hacia los cantores y los cantores devolviéndola cantando  a su pueblo.

Julio Paz y Roberto Cantos dicen que “la música es su forma de andar el camino”, es un fenómeno cotidiano que se percibe a cada instante en el clima y en las maneras de relacionarse con el paisaje y la gente.

De esa manera se vio al Dúo cantando a viva voz con gente de todas las edades, eufóricas, revoleando pañuelos, ponchos, y palmas que agitaban el encuentro, plagado el escenario y sus orillas con gente bailando chacareras santiagueñas. Luego algunos debieron abandonarlo por razones de infraestructura, por ahí se vio a una bailarina que en señal de protesta mostraba que nadie puede interponerse entre la música y lo que esos acordes provocan.

No cabía ni un alfiler más en las calles, ni en las peñas a su alrededor. La tarde pinto canciones frente al Resero conmemorando las tardes en los pagos de cada uno, con el nombre de la provincia que uno quiera ponerle, donde se entrelaza la diversidad cultural de nuestro país y de los países hermanos.

El Dúo no podía dejar el escenario después de casi doce temas interpretados como ser; “La atamisqueña”, “Inti sumaj”, “Si yo fuera río”, “Pancho Raco”, “Zamba alegre” y “Agitando pañuelos”, entre otras.

Al fin y al cabo algunos siguieron el festejo en peñas cercanas y otros volvieron a su casa, ya por la nochecita con una sonrisa, como todos los domingos, efecto causado por este lugar que provoca el reencuentro.


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