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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

Más popular que nunca


29/04/2005

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Ituzaingó, San Martín y Quilmes. Cuatro puntos distantes del Gran Buenos Aires para abarcar un público que lo espera desde hace un tiempo y que quizá no pudo disfrutar de sus conciertos en los festivales o en el Luna Park el año pasado.

La idea era invitar a un fiesta popular cada noche –el 29 de abril en Ituzaingó, el 30 en San Martín y el 1 en Quilmes, con precios accesibles –la entrada tuvo un precio único de 10 pesos-. Contrariamente a lo que sucede con otros artistas, cuyas localidades rondan los cincuenta y cien pesos, este cantor popular apuesta y al parecer, gana.

La primer noche, en el oeste, lleno el estadio del Club Atlético Ituzaingó, que ya desde horas de la tarde se fue poblando de familias enteras, jóvenes y no tanto, con un concierto que no tuvo nada que envidiarle a aquellos dos del Luna, incluida la lista de temas y la escenografía.

El escenario, vestido de estampa campestre para la ocasión (carretas y tranquera incluidas) tuvo no sólo a la banda a pleno sino que además tuvo también un costillar asado, para convidar al público.

El comienzo fue para las canciones de Juan de la Calle, el último trabajo discográfico del músico salteño: Luna Vallista, La cuenta, Que te corto el Hilo, Adiós Amor Mío y Vení. “Gracias por venir, estamos contentos de volver a la provincia de Buenos Aires, aunque ya venimos andando desde hace rato por el interior, teníamos ganas de volver a tocar acá. Siéntanse como en un baile de campo, tenemos la tranquera y el asadito, así que ya podemos seguir cantando...” dijo un Oscar Palavecino totalmente relajado -a pesar de algunos ajustes que hubo hacerle al sonido sobre la marcha- haciendo bromas con la gente y su banda, especialmente con Pascual Toledo, su bombisto, ante la gran cantidad de ropa interior femenina arrojada por el público.

Luego vinieron mas canciones, como Largos Caminos me Iré, Saltita, Salta es una Mujer Morena y la invitación para dos jovencitas del público a bailar en el escenario con Pocho Lazarte y Oscar Bazán (los guitarristas) chacareras del chaco salteño y hasta un chamame, mientras Palavecino se entretenía cortando la media res doradita en tajadas y convidando a las primeras filas.

La yapa, Dejame que me Vaya, Amorcito, La Ley y La Trampa y el coreado Amor Salvaje, marcaron el final mientras una noche estrellada y serena ponía el marco ideal para esta ocasión, una más entre tantas que nos brinda este músico demostrando que, a precios populares también se puede ofrecer un espectáculo de primer nivel.


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