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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA

A SU ESTILO Y SIN LIMITE DE HORARIO


08/04/2006

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RECORDAR


En el pico de popularidad más alto de su carrera artística y con una puesta en escena nunca vista en el folklore, El Chaqueño Palavecino congregó con su nuevo disco “El gusto es mío” a más de 20 mil personas en el estadio la Bombonera, en un recital que rozó las 4 horas de duración y que tuvo invitados de lujo. 

El Chaqueño cumplió el sueño de cantar en la cancha de Boca y a la vez saltó un gran desafío. Con su espíritu criollo y un timbre de voz heredado del Chaco Salteño se convirtió en el ídolo de personas de diversas edades que lo aclaman con amplia fidelidad.   

A las 21:44 las luces se apagaron y en las tres inmensas pantallas apareció su imagen: Con su estirpe gaucho montaba un caballo negro y sostenía una bandera argentina. Llegó cabalgando a la cima del escenario mientras que un público de pie, y a los gritos, acompañaba sus pasos. 

Enseguida empezaron a sonar los instrumentos y la fiesta empezaría con “Troja de amor”.   “Que se haga agua el helao”, fue el único comentario que expresó para continuar con un galope de interpretaciones que recién pararía a la hora. “Mataco Díaz”, “La taleñita”, “La cuenta” y “Salta es una mujer morena”, entre otras piezas que ensilló en la primer parte del espectáculo.   

“Son muy amables por darme la oportunidad de cantar en la catedral del fútbol”, agradeció un Chaqueño emocionado al recordar sus comienzos y de saber del lugar que ocupa hoy en día dentro del cancionero de la patria. Inmediatamente recibió en manos del presidente del club, Mauricio Macri, el diploma de “Embajador Cultural de la Pasión Boquense”, una camiseta autografiada por varios de los jugadores del equipo y un carnet de socio.   

Las expectativas fueron calladas a medida que los temas pasaban. Hubo diversos momentos, entre los que se destacan el homenaje a Buenos Aires con interpretaciones instrumentales y baile de tango, el desfile de la murga oficial de Boca -donde aprovechó para cantar el tema que grabó cuando la institución cumplió 100 años- y la aparición de un grupo de mariachis y violines.   

Otras de las melodías que se escucharon fueron “Puerto Tirol”, “La Sacharrosa”, “Que me olvides tu” y “Cuando llora mi guitarra”. En el tramo final y, luego de 4 aceleradas horas , finalizó con los clásicos “El dedo en la llaga”, “Amor salvaje”, “La ley y la trampa” y “A Don Amancio”.   Los invitados En una noche cargada de amigos, el primero en llegar fue Jairo con el tema “Luna vallista” de Jorge Rojas, que fue grabado por el mismo dúo en su disco “Juan de la calle”. Luego siguió “La tristecita”, para terminar en un abrazo con “Chacarera de las piedras”. 

El que recibió los mayores aplausos y reconocimientos fue Jorge Rojas con las canciones “Zamba del pañuelo”, “Locura” y “Vuelvo”, y además destacó la generosidad de su tío – el Chaqueño- al dar en sus shows un espacio a tantos cantores. 

El segundo ganador de Operación Triunfo José García -el último en aparición- también participó con “Milagro de amor” y “Jilguero Flores”, y junto al Chaqueño reflexionaron sobre la situación difícil que le toca vivir a Tartagal por las inundaciones. 

Un emotivo homenaje fue brindado para el dueño del boliche Balderrama de Salta, Juan Balderrama, cuando con “Ricky” Maravilla y el “Bagualero” Vázquez entonaron la zamba inmortalizada por Castilla y Leguizamón: “Balderrama”.   

La puesta en escena: Si bien no es la primera vez que el músico ofrece una escenografía de un rancho -ya lo había hecho en Cosquín-, esta vez se agrandó. Más que un rancho parecía una kilométrica estancia con todos sus ingredientes: alambrados, aljibes, carretas, plantas, tranquera, un hornos de barro, un quincho, un molino de viento, un tonel con mucho vino y una vaquillona que la cocinaba su hermano- el que prácticamente lo crió- a fuego lento. 

El escenario tenía dos pasarelas superiores para el ingreso del ballets (comandado por su esposa y cuñado), que en un momento superó un despliegue de 30 personas. Lo que sorprendió fue el enorme tamaño de las 3 pantallas. Algo así como de 48 metros, entre un escenario que casi llegaba de una punta a la otra de la cancha. Proyecciones de imágenes de paisajes de su provincia salteña y unas luces justas para climatizar cada canción.   

El público: Un marco ansioso de público le dio a la noche el perfil de una fiesta popular. Familias enteras reunidas para escuchar a su ídolo y personas de todas las edades. Desde muy temprano empezaron a ocupar sus ubicaciones. Vestían bombacha gaucha, pañuelo al cuello y hasta una replica del sobrero que luce el Chaqueño Palavecino en cada una de sus presentaciones. Binchas con su rostro y carteles de todo tamaño para hacerle saber que llegaron al recital de distintos lugares de la Argentina y de otros países como de Bolivia o Paraguay.   

Lo que vendrá: Durante las 4 horas que duró el show estuvieron encendidas las cámaras de televisión para registrar todos los detalles y luego volcarlos en formato DVD. También editará un disco en vivo con la mayoría de las 60 canciones que interpretó la noche del 8 de abril en el estadio de Boca Junior.


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