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Maité, banda de folklore compuesta por músicos santafecinos, despidió el año con su disco Amuleto en un espectáculo íntimo el pasado miércoles 7 de diciembre en el Teatro Nito Artaza ubicado sobre la calle Corrientes. Marcos Basílico, Lucas Ceraso, Juan Manuel Quiroga y Ariel De Avelenda deleitaron a su público con la armoniosa conjunción de sus voces y sus melodías.
No en vano este grupo lleva este nombre que en vasco significa amor ya que con su música, compuesta por la agradable mixtura del folklore de nuestro país con ritmos latinos y de rock y pop, lograron enamorar a un público de lo más diverso. Hombres y mujeres, adolescentes acompañadas por sus madres, familias enteras con niños que cantaban con gran entusiasmo las letras a la perfección, abuelas, amigos de los músicos y fanáticos esperaron ansiosos el comienzo de una noche que prometía ser emotiva y emocionante.
El grupo salió a escena alrededor de las 21.30 horas con “Dame un día más”, tema que habían tocado en la prueba de sonido minutos antes de que empezara el recital, seguido por “Hoy”, canción que popularizó la cantante Gloria Stefan.
El marco de espectadores permitió que el espectáculo fuese más íntimo y tuviese una química especial. Sin respiro, este público eufórico por un comienzo a pura potencia, se aclimató con uno de los momentos más melancólicos de la noche cuando sonó “Eterna en mí”. De inmediato, todos corearon junto a los músicos “Un amor como el mío” acompañado por fervientes palmas. Y, como no podían faltar en su repertorio, las zambas se hicieron presentes con las clásicas “Zamba para olvidar” y “Si llega a ser tucumana”.
Maité, que empatizó a lo largo de todo el show con sus seguidores, invitó a aquellos que se animaran a bailar y así fue como dos señoritas se acercaron al pié del escenario para danzar al compás de “Mi fortuna” y “La ingrata”, dos chacareras incluidas en sus discos. “La sin corazón” tampoco faltó.
Dejando el baile de lado, la sala nuevamente se tiñó de romanticismo. Esta vez de la mano de “Dónde va el amor”, una de las canciones que integra su primer trabajo “Amuleto”; y con la presentación de un tema nuevo que compuso Marcos Basílico llamado “Tu luz”, el cual dejó en total silencio a los presentes que escucharon atentamente su letra.
Las sorpresas siguieron presentándose en el escenario del Teatro Nito Artaza cuando el grupo santafecino invitó a tocar a un amigo muy querido por ellos, Juanchi Osuna, cantante y guitarrista poseedor de un envidiable humor. Luego de un intercambio de chistes con Lucas, que despertaron carcajadas, interpretó un chamamé de Rodolfo Regunaga llamado “No llores sauce” y cerró su participación con una tonada cuyana.
Otro amigo del grupo que no podía faltar en esta velada especial para Maité fue Juan Peñalva, una de las principales voces del grupo Canto 4, que dio el presente acompañándolos con la fuerza que caracteriza su voz en “Zamba para decir adiós”.
Uno de los momentos más esperados por los espectadores llegó finalmente cuando Marcos alzó su charango. Esto indicaba que “Amuleto”, corte que le dio nombre a su álbum, y “Sin compromiso” iban a salir a escena.
Llegó el clásico amague de la despedida pero rápidamente, en respuesta a un público que de pie cantaba al unísono “Otra”, los Maité volvieron con un carnavalito y un tema que dejó plasmada su influencia latina interpretando “Derroche”.
Ahora sí parecía que el recital había terminado, las luces de la sala se encendieron. Sin embargo, todo el público volvió a levantarse y cubrió la sala con cantos y palmas para que la velada musical no finalizara y, para sorpresa de muchos que ya se habían resignado y estaban atravesando la puerta de salida, Maité dejó atónitos a los espectadores presentando un tema que como nos contó Marcos nunca habían tocado en público, era la primera vez que lo presentaban. Una balada que en principio se iba a llamar “Clara tu luz” pero que decidieron aún no darle un nombre. Una canción melódica que enamoró al público con la emocionante fusión de sus voces, en distintos tonos. Los aplausos parecieron interminables.
Llegó finalmente la hora de la despedida con una clásica chacarera que por el nombre parecía pedir permiso al público para retirarse del escenario. Fue así como “Déjame que me vaya” fluyó aunque tanto los cantantes como el público hubiesen alargado las casi dos horas de espectáculo.
Estos cuatro músicos, acompañados por el baterista Lucas Nervi, el bajista Juan José Flores y Héctor “El Negro” Mattei en el teclado, se dieron el gusto de despedir el 2011 en Buenos Aires. “Tocar en un teatro de la calle Corrientes sin duda le da un condimento distinto a este cierre de año. Para mí el show fue completo en todo sentido, desde la puesta en escena hasta el público que nos acompañó de manera eufórica durante toda la noche”, comentó Marcos. Y aseguró que ahora es tiempo de un descanso para comenzar con los preparativos para Cosquín, escenario que los tendrá presentes una vez más el año próximo.