“Uno aprende a cantar folklore cuando viene a Buenos Aires”, es una expresión compartida por los integrantes del grupo salteño Canto 4 que más bien pareciera una paradoja. Pero sin dudas tiene mucho que ver con lo que hoy están viviendo.
La plata que ganaron en el 2003 por obtener el premio consagración del festival de la “Serenata a Cafayate” apenas les alcanzó para comprar los pasajes. Llegaron vacios de contactos, con apenas un par de cepillos de dientes, poca ropa y sus dos guitarras. Después de un tiempo de crecimiento, todo cambió en ellos.
Rodrigo Villareal -voz y guitarra base- , Iván Vera -voz y primera guitarra-, Juan Peñalva - voz y bombo-, Facundo Rufino -voz- y Sebastían Choque -bajo- presentarán el jueves 10, en el ND Ateneo, su primer disco “Sombra Herida” -editado por EMI-. Un trabajo que sorprende porque lograron encontrar un sonido particular que se traza desde un punto intermedio entre el folklore tradicional y el moderno.
“Uno es lo que escucha. A la hora de componer tenemos tanto de los Cantores del Alba, Los Fronterizos, como de Sin Bandera, aunque pueda parecer una idiotez para algunas personas. Pero eso hizo que nacieran canciones raras con un poco de cosas nuevas y viejas. Amamos los dos estilos pero mucho más lo de antes, porque lo de ahora recién esta naciendo. El grupo en sí se resume en la zamba "Sombra Herida”, cuenta Facundo, una de las voces del conjunto y autor junto a Iván del corte de difusión.
Canto 4 apareció en los festivales con cuatro voces, dos guitarras, un bombo, y le agregó un bajo a esa banda estándar de folklore. Pero el disco tampoco tiene una producción musical avasallante, simplemente le incorporaron a los temas movidos percusión, sin platillos, para no ser aparentados con Los Nocheros u otras bandas nuevas.
“En la placa no empastamos las voces -aclara Facundo- como se hace ahora, que se usa para que se dupliquen. Quisimos cantar fuerte como Los Chalchaleros. Las guitarras con líneas suenan más lindo, pero preferimos grabarlas por micrófono como Los Fronterizos o Los de Salta”.
En realidad, “Sombra Herida” tiene tanto de la inmensa enseñanza de aquellos grupos que calaron hondo en las décadas doradas del folklore -se refleja en los temas La López Pereyra, de Artidorio Cresseri y Chazarreta, Piedra y camino, de Atahualpa Yupanqui, Piel Morena, de Horacio Guarany-, como así también expresiones actuales en los temas propios Sin vos -una perfecta estructura de zamba pero con armonías modernas- y Hasta la salida del sol -un ritmo más cercano a un hit pegadizo-.
¿Cuál fue el proceso para formar el sonido que tiene el disco?
Juan - Nos costó un montón porque todo tiene un proceso muy pausado. Queríamos tener un color propio y la única manera era incluir composiciones nuestras. Primero nos pusimos a estudiar todos los cantores salteños que hay, para desmenuzar las armonías de cada uno, pero no para imitar, sino para aprender. Y el paso a seguir fue escuchar lo nuevo, lo moderno. Al final unimos las dos cosas.
¿Cuánto incidió en su sonido el vivir en Buenos Aires?
Juan - Aprendimos a cantar folklore cuando vinimos a vivir a Buenos Aires, porque estar lejos de la tierra de uno te hace sentir las cosas de otra manera.
Facundo - Estando lejos uno presta mayor atención a esas cosas que no le son naturales. En Salta hay folklore por todos lados, cosa que acá no pasa. Ahora estamos atentos a la manera de cantar de otros artistas, de hacer las cosas. Aquí aprendimos a sonar.
Pero radicarse aquí, a los veinte años de edad, no les resultó nada fácil. Traían en sus valijas la meta de conseguir un representante y una discográfica. Lo buscaron por el camino más largo: estando lejos de sus casas, de su provincia y separados de los afectos.
“Teníamos la familia y los amigos lejos -recuerda Juan-. Fue difícil porque con los chicos somos muy diferentes pero nos respetamos y entendemos. Encima, en ese entonces, no salíamos a despejarnos los fines de semana porque no teníamos plata, y comíamos lo que podíamos”.
“Hemos llegado regalados -agrega Facundo- y vinimos a pasar hambre. Yo creo que en nuestra obstinación hemos buscado pasarla mal. En salta nos habían ofrecido grabar un disco pero no teníamos ganas de eso, queríamos llegar de otra manera. Lo podríamos haber hecho más fácil desde nuestra casa pero se nos chiflo el moño. Hoy tenerlo, después de varios años, es muy satisfactorio”.
¿Cómo fueron logrando las metas?
Juan - No teníamos ni un demo para dejar en las peñas. Un día, gracias a movernos, fuimos a cantar a un cumpleaños de quince. Una persona apareció cuando terminamos el show y nos dijo: “cantan fiero pero fuerte. Yo conozco una peña para que toquen”. Cuando actuamos en ese lugar, explotó el público y nosotros sentimos felicidad de volver a pisar un escenario como lo hacíamos en Salta. Así se fueron abriendo puertas hasta que llegó nuestro representante –por Norberto Baccón-, con quien ahora vamos a cumplir el sueño de presentarnos en un teatro de Capital Federal.
¿Cómo va a ser ese espectáculo del jueves 10 en el ND Ateneo?
Juan- Vamos hacer todos lo temas del disco, acompañados por el Ballet Nehuén, y van a surgir algunas sorpresas. Agregaremos las canciones que cantamos en los show, como Chacarera de un triste, Chacharera del rancho y Canción y huayno.
Facundo - Todos los días estamos ensayando para darle lo mejor a las personas que conocimos en este tiempo. Es una presión pero eso alimenta al artista.