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La cantante Liliana Herrero junto a su nueva banda, integrada por Ariel Naón (contrabajo), Mario Gusso (batería), Martín Pantyrer (clarinetes y saxo) y Pedro Rossi (guitarra y coros), presentó su reciente disco Este tiempo (donde versiona a una serie de grandes autores argentinos y uruguayos contemporáneos) el viernes 2 de diciembre a las 21 en el porteño teatro SHA (Sarmiento 2255) para despedir el año. Una silla naranja al medio, una copa de vino y otra de agua en una banqueta son los elementos que siempre decoran su escena.
“No sé qué me pasa. Hoy no tengo muchas palabras. Por estas fechas tengo la energía baja, no para cantar, sí para hablar…¿serán las fiestas que traen melancolía?...la ciudad de la furia enloquecida…detesto diciembre.”, sentenciaba, con la nostalgia en la voz de una felicidad imposible, Liliana en una de las partes del recital. Y así también empezó: un tanto bajo al principio, pero después esa especie de milagro del arte fue renovando ese arranque tibio.
La intérprete, que se caracteriza por fusionar composiciones de raíces folklóricas con sonidos y arreglos actuales, comenzó con una versión de "Tu nombre y el mío" de Lisandro Aristimuño, artista en ascenso constante, y que, además, el tema fue un emblema este año (reelección de Cristina) gracias a un video en Internet con imágenes inéditas de la plaza después del fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner.
A tres años de su último disco, Liliana antes de seguir dedicó al recital a dos personas presentes en la sala, su pareja, el titular de la Biblioteca Nacional, Horacio González y el fotógrafo Marcos López, quien, contó, realiza un documental sobre la vida de Ramón Ayala. Luego, sí, por los parlantes comenzó a colarse, diciendo una glosa, la voz en off del legendario, mítico músico, poeta y pintor para dar entrada a un tema de su autoría, un clásico del folklore litoraleño: “Antiguo barracón”.
El recital comenzó a calentarse a partir de “ABC” (E. P. Lombardo) y “La casa de al lado” de Fernando Cabrera (con la que supo abrir su disco “Igual a mi corazón”) y destacó la labor del intérprete cuando relató que el autor uruguayo sacó el disco "Canciones propias", “pero no tiene una sola canción de él (risas), son composiciones de otros autores versionados”. Al rato, tocaron el tema que Juan Falú hizo a su hija, “Fada”, y ante un pedido del público aclaró que no iba a hacer “Oración del remanso”.
Más tarde, llegó “La Nostalgiosa” (Jaime Dávalos - Eduardo Falú). Ernesto Snajer, coproductor artístico del disco, fue uno de los invitados en guitarra para tocar “A puro fierro” (J. Falú - P. Núñez) al que “La Negra” propició unas palabras: “siempre hago el mismo chiste, no es un programa de TyC Sports, es una hermosa canción que habla de tres herreros haciendo una reja en la casa de Néstor Soria y claro, lo que tenía que tardar una semana duró como un año y medio, entre asados y guitarreadas. Lamentablemente, su titulo no es muy feliz”, opinó.
“Dulzura distante” del cantante uruguayo Fernando Cabrera fue lo siguiente que se escuchó y para que se nos enrosque por siempre en la memoria llegaría uno los puntos más jugados de la noche (por los arreglos de vientos que tiene) cuando tocaron “un punto solo en el mundo” (D. Schissi). Entre la “banda” de uruguayos a los que Herrero interpreta está el Negro Rada, de quien hizo “Austral”.
Y a pesar de que en un primer momento había negado hacerlo y como para ir consagrando al recital llegaría “Oración del remanso” donde mientras iba cantando, tomó un reflector de mano (algo así como una gran linterna) para alumbrar la sala y darnos de lleno con su luz. En el estribillo, puso el micrófono en dirección al público para que cantemos a capella.
Herrero se trepó a la silla –algo que haría varias veces–, con su rodilla apoyada en el asiento y moviendo su cuerpo mientras una de sus manos arremolinaba y despeinaba su cabello para hacer “Laurel”, un rítmico bailecito compuesto por Juan Falú y Jorge Marziali. Pegado, llegó “Nueva” (H. Fattoruso) y ese gran tema de relato con énfasis puesto en el texto: “Confesión del viento”, también de Falú con letra de Roberto Yacomazzi.
Ya sobre el final hicieron el tema inédito que generosamente le cedió Luis Alberto Spinetta “Bagualerita”, “Se me va la voz” (G Klein) y “Tema del hombre solo” de Jaime Ross. El aplauso largo y ovación de un público de pie no se hicieron esperar y fueron los mimos elementos que la obligaron a salir nuevamente a escena.
Para los bises quedaron el carnavalito “Algarrobo, algarrobal” y por segunda vez interpretó “Tu nombre y el mío” donde ya su energía pareció haber llegado a su punto máximo de entrega (en varios momentos arrastrada por el movimiento escénico, mientras cantaba, dio saltitos impulsados antes de una breve carrera) y así dejarnos, en medio de tanto calor, tanto clima de “fiesta” impuesto, el alivio de un respiro que nos limpie el horizonte para tener un cielo más claro y despejado.