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El sábado, Arias fue el elegido para cerrar el ciclo Música de acá. Por el mismo ya habían pasado Peteco Carabajal, el Dúo Coplanacu, el “Chango” Spasiuk y Luna Monti-Juan Quintero, entre otros. En un show extenso regaló nuevas canciones que editará en su próximo disco.
Con la simpleza y pureza de un pueblo que lo fue guiando desde sus primeros años para alcanzar el estilo de vida que hoy felizmente atraviesa, el jujeño Bruno Arias se mostró, una vez más, como una persona que está lejos de sentirse un artista. Pero, tal vez, eso sea lo que justamente lo transforme en un verdadero artista con elevadas condiciones.
Es que desde el escenario dice todo lo que en su interior siente; puede equivocarse y reírse de él mismo, retar a uno de sus compañeros o felicitarlo, saludar a su novia poniendo en evidencia una timidez que no se puede maquillar, o interpretar un tema sin previo ensayo corriendo el peligro de que todo se venga abajo… pero total, su público se lo pidió. Así es Bruno Arias, un muchacho que llegó a Buenos Aires en el 2002 y desde ese entonces no paró de trabajar y de rodearse con importantes músicos de raíz folklórica.
En esta nueva etapa musical que atraviesa, se enriquece con una banda que estrenó en La Trastienda y que lo presenta maduro y prolijo. Con un charanguista- Oscar Miranda- potente y al mejor estilo Jaime Torres, la batería a cargo de Juanjo Bravo -un músico que llamó la atención del grupo Divididos-, el bajo comandado por Agustín Flores Muñóz, la guitarra en manos de Ramón Córdoba y, para esta ocasión, en el piano un invitado especial como Quique Yance, con quien presentará en los próximos meses un espectáculo titulado “Tucumán al norte”. Para que estos instrumentos estuvieran a punto, hasta el monitoreo del sonido estuvo premeditado, con la intervención de Martín Villalón, sonidista de León Gieco.
Bajo estas condiciones fueron apareciendo una a una las canciones. “La copla baja del cerro” y “Abra del zenta” dieron inicio a los temas ya conocidos e incluidos en su primer disco “Changuito Volador”. Luego llegarían los que le darán forma a su nuevo disco- también será editado bajo el sello DBN-, como “Tilcareñita”, de Rubén Cruz, “Esperando el carnaval”, de Vicente López Curia, “Ciudacita”, de Alejandro Carrizo, siendo Bruno responsable de incorporar música a todas estas letras.
Así fue mezclando los ritmos, predominando, como nos tiene acostumbrado, los bailecitos, a los que fue capáz de plasmarle un tiempo propio. Menos rápidos. Y ahí, en ese preciso instante de descuido, es donde aprovecha para contagiar con su geografía musical los colores de la provincia que lo vio nacer. Carnavalitos, coplas y chacareras contaron las diversas historias que transcurren en su Jujuy natal.
También aparecieron los temas “Tristecito”, la lograda versión de “Zamba de los mineros”, de Dávalos-Leguizamón, la agitada pero alegre “Ella Baila sola”, “La vi por vez primera” y el instrumental “Picuchi”, entre otros. Y, en el medio, un gesto de grandeza: Bruno Arias cedió cuatro temas para que el compositor santiagueño Pablo Mema exprese en primera persona su experiencia, la de un valioso nutridor del cancionero de la patria.
Después de dos horas de show y previa participación del Ballet Raíces Jujeñas, el “Chanquito Volador” se abrazó con sus músicos para saludar a un público que no paraba de aplaudirlo. Sin retorno al escenario, ahora sólo queda escondernos entre la espera para germinar en su nuevo trabajo discográfico, que sin dudas no nos queremos perder.