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Con motivo de celebrarse el Día nacional y mundial del Folklore, el Congreso de la Nación, a través de la Diputada Nacional Nélida Mansur, del Partido Unión Federalista e integrante de la Comisión de Cultura del Congreso Nacional, reconoció la trayectoria del folklorista Zamba Quipildor, en un acto realizado en el Salón de los Pasos Perdidos del palacio legislativo.
El acto comenzó poco después de las 18.30hs, del lunes 30 de agosto de 2004 y se desarrolló en dos partes. La primera parte, consistió en el reconocimiento a los extranjeros que se han radicado en nuestra querida patria y han sido trabajadores en ella, dejando en Argentina las culturas de las distintas regiones desde donde llegaron. En la segunda, se reconoció a Marisa Saénz, que es una docente que trabaja en defensa de nuestra cultura en una zona rural del partido de General Alvarado (Buenos Aires). Además, en esta segunda etapa del evento se reconoció la labor del locutor y periodista Antonio Carrizo, y también se reconoció al cantante jujeño Zamba Quipildor.
Sobre el escenario, cumpliendo con la primera parte del evento, subieron las delegaciones de la Antigua Armenia, Paraguay, México, Japón, Chile, Italia, Grecia y la Argentina. Cada una mostró un aspecto de su cultura. Tres jóvenes armenias mostraban un baile típico de su lugar, mientras que un arpa Paraguaya a cargo de Miguel Sánchez sonaba en el salón. Un mariachi hacía lo propio ovacionado por el público, aunque aclaró: “No soy argentino, soy cordobés”. Dos mujeres japonesas reflejaban su cultura milenaria haciendo sonar instrumentos tradicionales del Japón. Una colorida cueca era bailada por la delegación chilena, mientras que se iba preparando una cantante lírica italiana. Tres jóvenes griegos, abrazados y de negro, armaban una coreografía ante más de trescientas personas que se habían acercado al Congreso Nacional. Con zapateos fuertes de botas, acompañados por incansables violines y bombos, y unas chinitas zarandeando su pollera, nuestro país mostraba lo suyo.
Continuando y separando imaginariamente una primera, de una segunda parte del evento, se reconoció a la sencillez, a la transparencia y al sacrificio. Marisa Saénz es una mujer que no sale en la tapa de los diarios. Una mujer que no hace ruido exterior, sino que ayuda, trabaja, produce y construye en silencio. Con amor. Una maestra que enseña folklore y acompaña los días de chicos que no conocen las grandes ciudades. No conocen de juegos en red ni están al tanto de las series de televisión. El lunes pasado fue justamente reconocida en el Salón de los Pasos Perdidos. Ella fue la precursora, entre otras cosas, de la creación del coro infantil “Voces del mañana”, que fue preparado en el mes de marzo de 1997. Además trabaja como maestra especial, trabaja en la escuela especial N° 502 de Comandante Nicanor Otamendi, en la provincia de Buenos Aires. Hay proyectos y acciones, que Saénz realizó con el fin de rescatar y revalorizar nuestra identidad cultural argentina. “Los niños Junto al Folklore” es un taller de musicoterapia, que tuvo lugar en el Instituto de Rehabilitación Psicofísica del Sur de la ciudad de Mar del Plata, con la participación de niños con discapacidades motoras y algunos con compromiso mental. También se destaca de su trabajo, “Al galope por mi patria”, un taller de equitación criolla que estaba dedicado a los alumnos de las escuelas especiales N° 502. Momentos después de bajar del escenario, esto comentaba para FolkloreCLUB: “En este momento, después de haber recibido esta distinción con mucha emoción, siguen los proyectos en la escuela, en los cuales trabajamos diariamente que se llama 'Abriendo huellas' que es un proyecto, donde nuestra inquietud, es buscar a través del folklore, no solamente la difusión de la danza, la música, la artesanía, costumbres de nuestro país y resaltar los valores de argentinidad, sino también reencontrarnos ya que en nuestra escuela, muchos niños pertenecen a provincias como Corrientes, Entre Ríos, Santiago del Estero, de manera tal que es necesario revalorizar sus propias culturas para que ellos puedan día a día, poder crecer y sentirse mejor aquí en nuestra provincia de Buenos Aires y no perder su identidad. Entonces no solamente trabajamos con los chicos, sino que lo hacemos con los padres de los chicos también. Además, como mi carrera artística hace que yo pueda abrir puertas (es cantante bien campera), a través de las cuales ellos también van a ir pasando”.
“Don Antonio Carrizo, es un honor para mi presentarlo”, balbuceo la diputada Mansur. Y continúo: “Me siento muy pequeña para hacerle un elogio. Creo que la patria le debe mucho desde que salió de su Villegas natal. Este hombre es un autodidacta y estar con él, significa aprender mucho, porque si uno lo desea, el abre su conocimiento. Es como estar con una biblioteca. Créanme que es así. Sobre todo de la historia de Argentina, de los hombres que han pasado por este país, sobre todo de la obra de esos hombres”, decía la Diputada Mansur, con una voz entre emocionada y tímida, presentando a uno de los homenajeados de la jornada. “El otro día dije, en un acto más o menos parecido, que me deben aplaudir mucho por veterano. De todos modos quiero agradecer a la Diputada y a todos los amigos de Escobar que me acompañan hoy, a todos ustedes, que me hayan permitido recibir este honor bien acompañado”, arrancaba Carrizo. “Ya que estoy aquí voy a decir algo sobre el folklore, ¿te parece 'zambita'? Porque la gente cree que yo estaba ahí cuando nació el folklore. Me lo contaron”, entre risas del público continuo con una charla extensísima, sobre el origen del folklore, nuestra cultura argentina y las extranjeras. Después de tanta “lata” como definió el propio Carrizo, y hasta llegó a pedir perdón por la extensión de su discurso, rescatamos lo siguiente como importante de sus palabras: “El Folklore ha sido entendido por las grandes ciudades después de ejercerlo como canción criolla. Era canción nacional, era canción campera. Pero no había ninguna unificación folklórica, hasta que un Santiagueño allá por 1920 y algo, trae al Teatro Polyteama, para el asombro de los porteños, gobernantes, gente culta, gente del pueblo, gente de la naciente clase media, trae lo que será la gran compañía de danzas y canciones argentinas dirigida por Don Andrés Chazarreta. Desde ahí, los Argentinos, empezamos a tener conciencia de que existe algo que se llama folklore. Eso es lo que ahora cantamos, lo que ahora tenemos. Lo que debemos conservar, seguramente, las generaciones que vengan, traerán nuevas cosas, tendrán nuevos instrumentos, tendrán formas diferentes de cantar y de escribir, pero es necesario para tener ciertas raíces prendidas y enterradas en la vieja tierra de la historia, conservar lo que tenemos. De ninguna manera, podemos prohibir a nuestros hijos y a nuestros nietos que inventen cosas nuevas. Inclusive, que oigan cosas de otra parte para que agreguen timbres y sonidos a lo que ya tenemos. Pedirles por favor, a los chicos y a los chicos que serán los hijos y los nietos de éstos chicos, que no tiren todos los días una zamba, una chacarera o un tango por la ventana”. La ovación fue total.
“Simplemente mi agradecimiento por la distinción que me toca compartir con mi gran amigo y gran hombre, como es Antonio Carrizo, y la señora maestra también, que hemos trabajado mucho en silencio en distintos lugares de nuestro país. Ese silencio, se transmite a veces en una sonrisa a los niños, a esos lugares que nadie llega. Pero los cantores si llegamos, los chasquis llevamos esa poesía que es de ellos, su pueblo, su música, su paisaje. Bien, decía la señora diputada, ¿quién sabe no? Yo me gesté en Catamarca y nací accidentalmente en Jujuy, y me crié en Salta, en Coronel Moldes. Yo era el único extranjero, porque éramos tres hermanos así que yo era el que había nacido en Jujuy. Un amigo dice: nacido en Jujuy, malcriado en Salta y haciendo daño en Buenos