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Una tarde de treinta y pico de grados sofocaba el Paseo de la Costa, en el partido bonaerense de Vicente López. Muchas personas en bicicleta, recorrían el amplio paseo que mira al estuario del Río de la Plata. Entre algunos árboles y reposeras, algunos visitantes intentaban aprender a bailar Salsa. Una fila de bares marcaba el ritmo del lugar. La procesión de autos y de motos era lenta e interminable.
Desde lejos se lo veía recostado sobre la margen del río. Caminos de piedras llegaban hasta él. Cruzando el arroyo ya estábamos ahí. Era el anfiteatro “Presidente Arturo U. Illia.” rodeado de un paisaje imponente como lo es la orilla del Plata. Con su estilo inconfundible, Jaime Torres abría el mega espectáculo que se dio en llamar el “Primer Festival Folklórico” de la ciudad de Vicente López. El sol caía suavemente, detrás de la cordillera de edificios que a lo lejos se dejaban ver. Y el charango de Jaime, recreaba paisajes norteños, acordes con las temperaturas que ambientaban la tarde, pero con menos humedad y su música sonaba con mucha fuerza, acompañado de sus extraordinarios músicos.
Con este evento, de entrada libre y gratuita, que apunta a recuperar nuestras raíces, se inició la temporada 2004/2005 de espectáculos de verano, en el Paseo de la Costa, un hermosísimo lugar, que la Municipalidad de Vicente López, supo recuperar hace algunos años. Este evento folklórico, estuvo organizado por la Secretaría de Cultura, Deportes y Turismo de la mencionada municipalidad, en una clara apuesta a defender nuestra música popular argentina de raíz folklórica. Justamente esto es lo que comentaba la Dra. Silvia Vázquez, la encargada de dicha secretaría, en una gacetilla que se difundió en los medios de comunicación: “Hemos decidido este año, desde la Municipalidad de Vicente López, comenzar la temporada de espectáculos de verano, revalorizando nuestra cultura y nuestras raíces, por eso hemos organizado este Primer Festival de Folklore en la costa”.
Sonidos en la costa de la tarde...
Fusión. Ritmos argentinos y extranjeros. Eso mezclaba el excelente guitarrista Ernesto Snajer con su grupo. Con buen sonido por momentos, Snajer repartió lo mejor que sabe hacer, con buenas composiciones y arreglos. “Yo no entiendo esa música”, se escuchaba decir a una señora mayor a un grupo de amigas, que estaban sentadas en la platea del anfiteatro. Nuevos tiempos, señora. Nuevos tiempos. Los más jóvenes lo disfrutaron y se los vio atentos a los acordes de Ernesto. No se trata de una cuestión de edades: la música habla y desde Ernesto Snajer Grupo, canta en un nuevo, claro y atractivo idioma.
Diez minutos de descanso para todos: músicos, organizadores y, para el locutor y conductor Miguel Core de muy buena participación, mientras que la nueva escena se formaba para otra presentación musical y artística. Todo se filmó para Canal 7 Argentina, donde en los próximos días se podrá ver este primer festival folklórico de Vicente López, a través de esta señal que llega a todo el territorio nacional y países limítrofes.
El sol había bajado del todo, pero su luz seguía iluminando este lado del cielo de Buenos Aires, a poco más de quinientos metros de la Capital Federal.
Única e irrepetible
Nacida en Metán, provincia de Salta. Con un carisma inigualable sabe subir a los escenarios con gracia y juventud. Caja en mano y sin nervios, enfrenta grande públicos. Así es Melania Pérez, una artista que nadie se la puede perder. Ella sintetiza todo lo que se puede pretender de una folclorista de lujo: una de las mejores voces de la Argentina, mucho carisma, mucha simpatía y, mensajes y poesías, para decir cantando. Junto a Agustín Barbieri (percusión), Miguel Rivainera (guitarra y arreglos) y Marcelo Raimundi (Teclados), Melania arrancaba interpretando Santa Mariana, y a ésta fantástica interpretación le seguían: el bailecito “A don Nicolás”, la “Zamba de Lozano”, “El Alfarcito”, “Chaya de la soledad”, la “Vidala del Nombrador”, un pedacito a capella de “Adiós pueblito de Iruya”, entre otras interpretaciones. Aplaudida intermitentemente, Melania cautivo al público presente bajo un cielo estrellado y un río que oscuro ya, hacía sonar sus aguas contra las piedras de la costa.
Luego de Melania fue el turno de el grupo Marckay, regional de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, que preparaban sus instrumentos para subir al escenario. Con espíritu festivalero, se ganaron el aplauso de los asistentes a este Primer Festival folclórico de la ciudad de Vicente López.
Cantares implícitos
Uno de los mejores espectáculos que se sucedieron en este 2004 sin dudas fue la presentación del dúo Liliana Herrero – Juan Falú. Con una extraordinaria calidad musical, con arreglos del tamaño del señor Juan Falú y la originalidad de la señora Liliana Herrero, interpretaron y dejaron grabadas en un disco algunas composiciones de Jaime Dávalos y Eduardo Falú. En Vicente López no se privaron de ningún gusto e interpretaron parte de este nuevo disco y también algunas obras del disco anterior, que con las mismas cualidades habían interpretado a Gustavo Cuchi Leguizamón y a Manuel José Castilla.
Abriendo con “Tonada del viejo amor”, siguieron entre otras obras con “Zamba de Lozano”, “Río de tigres”, “De sólo estar”, un solo de guitarra por Juan Falú “La Cuartelera”, la “Vidala del Nombrador”, “Zamba de Argamonte”, “La Arenosa”, “Guitarra dímelo tú”. Silencios justos. Punteos acertados. Cantares implícitos.
Durante parte de la tarde y gran parte de la noche del sábado 18 de diciembre de 2004, el público fue muy respetuoso y brindó lo mejor para los artistas sobre el escenario. Tal fue el caso de los minutos en los cuales Falú y Herrero estuvieron sobre el centro de la escena. Familias enteras, grupos de amigos y almas solitarias, hicieron un absoluto silencio para escuchar al dúo. Difícil de lograr, pensando que esto se desarrolló a cielo abierto y a escasas tres cuadras de la avenida Libertador. Un logro de la magia de los poetas y de los intérpretes. Liliana y Juan agradecieron semejante logro.
Cantares populares
Más emocionada que nunca, Teresa Parodi agradeció cada canción, cada aliento del público, que desde los primeros acordes ya tarareaban sus canciones. Teresa saludó con “Glosa del zafrero”, de Jorge Carpetti. “¿Cantan conmigo?”, le consultó con respuesta obvia al público. Y desde todas las direcciones llegó un rotundo: “Sí”. “Apurate José”, fue el primer suspiro del público. A eso, sin respiro, “Pedro canoero”, se acercaba y miles de almas cantaron a dúo con la correntina. De a ratos, Teresa dejaba cantar sólo al público y nadie se quedaba callado.
“Los pueblos que cantan no se rinden”, esgrimió Teresa, fuerte y frente al público. Recibió aplausos y rotunda ovación. A continuación cantó “Elogio del Musiquero”, donde con su acordeonista hicieron más de un bis.
Casi todos los temas se hicieron con bises porque Teresa durante todo este 2004 supo formar una banda excepcional que la acompaña siempre con dos percusionistas, un bajo, una guitarra que la dirige musicalmente, un acordeonista y una coreuta, que hacen que Parodi se presente con una fuerza arrolladora y muy juvenil. Con muy buenos arreglos y composiciones comprometidas con la vida y con lo que nos pasa continuamente, dice Teresa: “no perdí ni un solo sueño. Sigo con mis convicciones, con sueños, amando. Por eso digo que Soy Feliz”. Justamente lo que expresa Teresa, lo cuenta en su reciente material discográfico, titulado “Soy Feliz”, donde nos canta que piensa, como se ve y que espera para el futuro.
Teresa durante este año eligió formar un espectáculo llamado “Herederas del Viento”, al cual convocó a otras cantantes como Claudia Pirán, Mónica Abraham, Guillermina y a Guadalupe Farías Gómez. Guadalupe es una de esas cantantes que saben muy bien lo que quieren y que expr