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Lucrecia es frescura por donde se la mire. Dueña de una voz firme que tuvo una larga antesala de preparación hasta alcanzar su disco debut "A orillas del sol". El trabajo en cuestión contó con artistas invitados de la talla de Jorge Viñas y Rudi Flores, y al “Portugués” Da Silva como ingeniero de grabación.
La música fue toda una constante en su vida, desde que dio sus primeros pasos en su Dudignac natal, Provincia de Buenos Aires. Empezó a cantar desde muy chiquita, como jugando, sin tener a nadie en la familia que se dedicara profesionalmente a la música.
A partir de allí, inició el camino obligado: cantar en la escuela, anotarse en un coro… hasta que a los doce años participó de los Torneos Juveniles Bonaerenses ganado en distintas ediciones medalla de oro, plata y bronce.
Luego vinieron las clases de canto con su primer maestro Gustavo Grobocopatel, el mismo que dos años después le dijo que ya había cumplido un ciclo y que debía seguir con otro maestro. Así fue que becada por la Provincia de Buenos Aires por los logros obtenidos en los Torneos Juveniles, se la pasó en los últimos años de la secundaria viajando todos los fines de semana a Capital Federal.
Ya radicada en Capital Federal recibe un llamado especial. Del otro lado del tubo, la voz del Chaqueño Palavecino le pide que lo vaya a escuchar en la peña que tenía Soledad y ahí la invita a cantar. No estaba en los planes cantar ese día, pero fue una experiencia seguramente inolvidable. Más tarde, el consagradísimo artista salteño la seguiría abrigado con su poncho.
Mientras tanto, no le aflojó a las clases de canto con maestros y maestras, ni a los consejos y enseñanzas de los amigos y profesionales del ambiente que la nutrieron para que hoy, a sus veinticinco años, moldeé su primer disco, coherente en lo estético y con un trance de enorme calidad gracias a un repertorio integrado por “Oración del remanso”, “Campo Afuera”, “Zamba de Juan Panadero”, “La huesuda” o “Sueño de la vendimia”, solo por citar algunos títulos.
A orillas del sol, tema compuesto por su amigo Aldy Balestra, es un trabajo que tiene el sello de un determinado momento de la vida de Lucrecia Longarini, un presente. En esta entrevista, amigos, les propongo escucharla para construir juntos su futuro, que seguramente será aun más sonriente que este presente.
“A orillas del sol se recuesta la nostalgia de quienes dejamos alguna vez nuestra infancia…nuestro país pequeño…nuestro pueblo.
Porque a orillas de ese sol que siempre se nos esta yendo, pero con la promesa de volver cada día, los pueblos del interior luchan por mantener encendida la luz de la esperanza, la memoria, el futuro y el pertenecer.
Porque mas allá de la muerte, todos tenemos un lugar donde quedar para siempre en el regazo de nuestro pueblo. En el mismísimo cielo…justo ahí… a orillas del sol”.