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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


18/05/2010

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Tonolec, la banda que ensaya una fusión de la música toba del Norte Argentino con la electrónica, se despidió el domingo 16 de mayo del ciclo totalmente acústico que venía haciendo en Café Vinilo (Gorriti 3780).

El show, además de Charo Bogarín y Diego Pérez, tuvo invitados especiales como Lucas Helguero en percusión y coros, Nuria Martínez en vientos andinos, Lorena Rojas en coros y accesorios, Claudio Solino en contrabajo, Emiliano Khayat en piano y acordeón y la cubana Yusa en guitarra y coros.

El recital dio comienzo pasadas las 21.30 cuando los músicos salieron al escenario que contaba con un piano de cola, que ocupó Diego Pérez, y estaba ambientado con hojas de árboles, como esas secas y amarillas que son pisadas en las caminatas de otoño, desparramadas sobre las tablas generando una ambientación atemporal que fusionado a la indumentaria femenina (el vestido de Charo simulaba ser una flor, lleno de tules), no dejaban escapar a la sensualidad.

Arrancaron con “Monte, tierra cautiva”, y ya para el siguiente tema, Charo, tomó su charango para interpretar “La cazadora” siempre sin dejar de moverse como si estuviera en un rito, agotando con su cuerpo las posibilidades expresivas, similares a las del teatro que, quizás, hayan sido las causales para que la bailarina, cantante y periodista haya tenido su partición en el largometraje “Paco”, del director de cine Diego Rafecas.

Luego, llegaría Yusa para hacer “Techo de paja”. Anteriormente, en fechas pasadas, la artista cubana también  actuó en el mismo lugar junto a invitados destacados del folklore como Liliana Herrero, Tonolec, Raly Borrionuevo y Hugo Fattoruso.

Para el siguiente tema, Charo tomó el N’Vique (violín toba) para hacer “Baila, baila” y “En busca del sol”. “Este es uno de los primeros cantos que aprendimos con Diego cuando nos sumergimos en la comunidad Toba”, evocaba así Charo el cruce de culturas definitivo antes de hacer “Taguiñe Lashe” y “Llora tus penas”.

Uno de los momentos más intensos de la noche fue cuando hicieron “Cinco siglos igual”, aquel “himno” de León Gieco que narra de forma magistral la realidad latinoamericana. Prosiguieron con “Ay corazoncito”, “Canción de cuna” y para el final harían otra versión para conmover: “Indio Toba”, de Félix Luna y Ariel Ramírez. Para el bis quedaría “El Cosechero”, de Ramón Ayala cantado también, mayormente, en lengua qom, nombre genuino de la etnia toba que significa “nosotros”. 

Y así pasaba otra presentación de Tonolec, esta vez despojados de máquinas, samplers y efectos especiales, para demostrar que una de las funciones del folklore argentino, sería, la de darle el lugar que siempre tuvo que ocupar la lengua nativa en nuestra tierra.


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