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Dicen los supermercadistas que desde hacía días no había harina en las góndolas y los verduleros miraban los vacíos cajones de albahaca…¿Otro paro del agro? ¿De los muchachos transportistas?
No. El Señor de la Chaya se presentaba en Capital Federal y sus acólitos hicieron acopio de mercadería para festejar junto a él los carnavales de Febrero…en marzo!
Desde temprano la gente hizo fila en la puerta de La Trastienda Club. Sin alboroto, sin problemas, todos palpitando la fiesta que se iba a desarrollar en pocas horas puertas adentro.
Sergio Galleguillo tiene, según esta humilde periodista, una de las voces más reconocibles del espectro folclórico actual. Su manera de cantar, las palabras entre tema y tema, lo cómodo que se siente sobre el escenario, transforman al recital en una fiesta de principio a fin.
La voz del carnaval riojano estuvo acompañado por excelentes músicos como Pino Romero en percusión, danzas folklóricas y coro; Carlos Herrera en bajo y danzas folklóricas; Guillermo Godoy en guitarra; Ariel Fernández en bandoneón y guitarra; Sergio Córdoba en teclados, y Leo Eschmuller en guitarra y coros.
Durante poco más de dos horas se escucharon varios de los ritmos de nuestro folklore nacional: zambas como “Zamba de la Junta”, “Zamba para olvidarte”, en honor a Daniel Toro, una chacarera “Recuerdo cuando era chango”, “Como poder olvidarte”, en compases de tinku boliviano y los infaltables carnavalitos y sayas que ponen ritmo y color a cualquier presentación de Galleguillo.
Una fiesta no es completamente una celebración si no hay invitados y, si mencionamos que subió el gran Argentino Luna y le dedicó unas palabras muy cálidas previas a entonar “Todo el amor que te dí”, zamba del mismísimo Argentino incluida en Febrero; alguien en la sala debería haber gritado ¡Bingo!
Pero, no terminó ahí la cuestión, ya que luego de ese momento tan especial fue el turno de otro asistente al espectáculo, un mítico integrante de Los de Salta, el señor Carlos Alfredo Palacios, quien subió para cantar a dúo “Zambita del Musiquero”.
La velada fue pasando entre historias y relatos, entre risas y recuerdos de la época de la niñez, los paisajes riojanos y la gran Chaya. No faltó tampoco la presencia de su mentor y hermano, Carlos Galleguillo, quien con su tanguera voz acompañó a Sergio en “Nada es casual en mi”, un verdadero eco a la historia de ambos, un homenaje a cada una de las personas que los acompañan en el camino de la vida.
Si usted se pregunta por la harina y la albahaca, no se me apure amigo, que todo menú tiene su postre al final.
Como apoyándolo en un altar, la gente había ido acercando los paquetes de harina al borde del escenario durante el recital. Sergio recibía la ofrenda y los iba apilando cerca de su multiinstrumentista Ariel Fernández… Sin embargo, la explosión total de la fiesta no se podía hacer esperar y el carnaval riojano explotó en Capital Federal.
Con temas clásicos de una fiesta chayera la gente del fondo desplegó banderas y, corriendo, bailando y saltando, se acercaron al pie para ser “enharinados” mientras se escuchaban gritos chayeros y cantaban a viva voz “Agitando Pañuelos”, “Candombe para José”, “Entra a mi hogar”, “Solita y Sola”, entre otros.
Al cerrar los ojos uno tenía la sensación de trasladarse a La Rioja, a recorrer las callecitas de Chilecito, sentir el aroma de la albahaca, compartir alegría y dejar las penas a un lado; uno podía en esta Trastienda del sábado por la noche hasta encontrarse con la niña Chaya y el príncipe Pujllay, mientras se escuchaba a Sergio Galleguillo entonar todas y cada una de sus canciones.
Si al año siguiente hay más niños, dicen que el carnaval ha sido un éxito. Sin dudas luego de esta primera presentación de Febrero en Capital Federal, nos volveremos a encontrar el 22 de agosto próximo en lo que promete ser un Teatro Broadway con una mayor puesta en escena y para devolver un poco de tanta alegría recibida este último sábado.