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Notas
CRÓNICA EXCLUSIVA


08/02/2010

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RECORDAR


Fueron dos noches de grandes músicos, de multitudinarias visitas de locales y turistas que quisieron seguir la fiesta después de la Siesta Salamanquera vivida en el Patio de la Abuela de Doña María Luisa. Dos jornadas de calor, como no podía ser de otra manera en la provincia santiagueña luego del aliviador fresco de la primera noche, con jóvenes que llenaron el predio como también las millones de juanitas, dueñas del festival, inquietas en el escenario y en el pasto, como lo fue el alma de la salamanca que se llevó la sangre de los espectadores por los sonidos del monte y la guitarra.

El día sábado, con un promedio de 52 grados de sensación térmica a las 15, bajando casi 10 grados a la hora del festival, tuvo un León que rugió fuerte: Gieco brilló como todos los conocen, con su conjunto haciendo de su trayectoria, una poesía de letras y melodías interpretando éxitos como "En el país de la libertad", "Cachito, campeón de Corrientes", "Bandidos rurales" y un cierre ovacionado con "Sólo le pido a Dios".

A pesar que en Santiago del Estero los cantores jóvenes se llevan a la multitud, los paisanos saben entender las verdaderas escuelas musicales. Por eso, con dos homenajes, se pusieron en alto a dos de los máximos creadores del género santiagueño folklórico como fueron las bodas de Oro de Los Manseros Santiagueños y los 42 años de trayectoria de Los Sin Nombre, con José Herrera a la Cabeza.

Horacio Banegas, antes de la medianoche del sábado, entregó su seriedad a la hora de la composición con obras de arte que recorren los cancioneros y escenarios nacionales como "Santiago, te vuelvo a ver" y "El color de la chacarera", así también como El Duende Garnica, con su pensamiento idealista en defensa del santiagueño y las tierras que les pertenecen dedicando con seño fruncido "La Forestal" y "El olvidao".

El toque nacional lo dieron el Dúo Orozco-Barrientos allá por las cinco de la mañana con todo el Cuyo en la piel, Los de Cafayate y Los Huayra con Salta en la voz y en la sangre transmitieron un mensaje y un paisaje como también, la puna, las yungas y las quebradas con la presencia de Gustavo Patiño.

El dúo Orellana-Lucca dejó atrás los cambios de nombres, porque ellos con su presencia han dejado su estampa, ahora con su nuevo disco Habitantes de mi tierra, como también lo hicieron Franco Ramírez y La Brasa, cerrando la tercera noche entregando salamanca hasta las siete de la mañana.

La noche del cierre, llegó con un refusilo totalmetne lejano en la noche que Marcela Morelo reafirmó su música y obtuvo el amor de los bandeños con un espectáculo de casi dos horas, prolijo, serio y divertido en el que también se dio el gusto de tocar la batería además de cantar con su voz angelical de siempre, recorriendo sus siete materiales, presentando lo nuevo "Otro plan" con temas como "Si me dejas ahora" y "Desde ahora" más su éxitos como "Corazón salvaje", "Tormento de amor", "La fuerza del engaño" y con el plus de darle a la gente el gusto de pedir temas para que ellas los cante a capella como "Dicen", "Sin un beso" y "Gotitas".

"Vamos a hacer una canción que trae a la memoria a Mercedes Sosa, quién el año pasado cantó un día después de mí y luego lo comentamos en su casa, alabando lo hermoso del Festival de La Salamanca. Este tema lo grabamos en su último disco 'Jamás te olvidaré'". Fue la ovación más grande que recibió un artista en las cuatro jornadas y sorprendentemente, por ser la propuesta diferente.

Peteco Carabajal no necesita presentación porque su seriedad y compromiso con el escenario Jacinto Piedra lo demuestra en su guitarra y en su violín presentando su último disco Aldeas y además recordando viejos éxitos santiagueños como "Flor de cenizas", "Escondido de la alabanza" y "Déjame que me vaya".

Abel Pintos, como cada año llevó muchas jóvenes que lo siguen fielmente en este festival nacional, por eso, después de las cuatro de la mañana, la cancha del Club Sarmiento seguía repleta cantando junto a él "La llave", "Todo está en vos" y "Quisiera", entre otros.

El humor de Pochi Chávez es palabra mayor en Santiago, lástima que siempre lo ponen como relleno y no como un artista principal a pesar de su trayectoria y lo que provoca en la gente, la distensión, el cambio de clima y su forma de traducir vivencias de la provincia con el lenguaje pícaro de los santiagueños.

Marcelo Toledo sigue marcando la huella en la música folklórica y ya sin ser el hijo de Alito Toledo de Los Manseros, sino cargando un nombre propio desde que "Gustito a mistol" llegó a las radios hace unos años; se dio el gusto de Homenajear en vida a Morenito Suárez que tiene el dúo famoso para Santiago junto con Pedro Palomo, dedicándole "La Algarrobera". Y por si fuera poco, sus hijas llegaron a la tarima principal para  regalarme una torta por su cumpleaños con el broche de oro, cantando junto al intendente de La Banda, Héctor Chabay Ruíz.

Otra consagración que pisó el escenario fue Mariana Cayón que de calores y nuevos desafíos, sabe demasiado y con la velocidad y digitación, manejó la quena a su merced y entre las 10 mil personas, entendieron de su profesionalismo.

Juan Saavedra llevó al escenario una muestra de grandes bailarines, totalmente ágiles, rápidos, muy bien físicamente, por eso explotó en ellos todas sus capacidades para realizar un cuadro con música en vivo en que se destacó el estilo salamanquero de los malambistas, en solistas y conjunto.

Pareció que Facundo Toro recibió un castigo por llegar tarde, estando programado para las 23 aunque le dijeron que tendría su show media hora después, por eso, lo mandaron a las 5.50 y en 20 minutos recorrió su historia, recordando a su padre como siempre con "Zamba para olvidarte" más una recorrida por su nuevo disco como "La diablera" y


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