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NOTA DE INTERÉS

89 AÑOS DESPUÉS REVIVE UN HITO DEL FOLKLORE

31/01/2010

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RECORDAR


La Delegación de Santiago del Estero puso en escena uno de los eventos culturales que marcaron para siempre el rumbo de la música nativa. Allá por el año 1921, don Andrés Chazarreta incursionó con un espectáculo folklórico en la gran ciudad de Buenos Aires. Fue la gran puerta de entrada para todo el movimiento que se generó a partir de esa avanzada heroica.

Luego de la presentación sobre el escenario Atahualpa Yupanqui, FolkloreCLUB dialogó con el responsable de la delegación y nieto de Chazarreta.

FC: ¿Qué sensaciones te generaron recrear el Polyteama?

AC:
Fue muy importante. Quisimos hacerlo al Polyteama cómo homenaje a los cincuenta años del fallecimiento de mi abuelo, porque el Polyteama fue un quiebre: subió a los escenarios formales porteños la cultura rural del interior. Un pueblo, en ese momento invisible, invisibilizado, por eso también trabajamos mucho el slogan “cuando lo invisible se hace cultura”, porque realmente es un punto de quiebre, a partir de ahí empieza lo que es el espectáculo folklórico en nuestro país. Se empieza abrir camino para mucha gente que esta trabajando en eso, para darte una idea, de Santiago del Estero, viene con mi abuelo, Julio Jerez a Buenos Aires, los bailarines de él, Giménez y Suárez, que eran zapateadores en el Polyteama con mi abuelo, después filman una película con Gardel, en Las luces de Buenos Aires, que es parte de las imágenes que rescatamos también, grandes zapateadores filman con Gardel, y es mucha la gente que se va sumando a ese camino y se conforma el imaginario del espectáculo folklórico en nuestro país, y que deriva en esto, cincuenta años de Cosquín y tantos otros formatos de espectáculos folklóricos en donde esta presente la cultura popular argentina.

FC: ¿Cómo llega Don Andrés a enamorarse del folklore? ¿Cuál es la raíz de ese encuentro?

AC:
Creo que la raíz natural es la tierra, su contacto con sus temas y las costumbres rurales, él es maestro en Santiago del Estero y después inspector de escuelas, recorre toda la campaña y tiene contacto con la cultura de cada lugar que iba a ver. Cuando se enteraban que iba el inspector, los mismos maestros le armaban reuniones y le hacían escuchar y bailar la gente del lugar. A parte de él mismo, con su familia, con sus cuñados, con sus hermanos, tenía una orquesta que tocaban y recorrían la campaña, en las fiestas cantando serenatas para los carnavales, las vidalas en todo el período de cosechas. La vidala empieza en noviembre y culmina con el carnaval, en Santiago se perdió un poco al ritmo de la chacarera pero la vidala quizás es una pieza lírica que identifica al santiagueño, aún más que la chacarera. Y bueno, esto queríamos rescatar en esta puesta.

Nota: Diego Vázquez Comisarenco

Foto: Santiago Lofeudo


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