}
El frío y la lluvia llenaron de soledad las calles porteñas pero Santiago del Estero trajo su calor a Capital Federal con Los Carabajal, un conjunto ícono en el folklore nacional con 42 años de trayectoria.
El Teatro ND Ateneo tuvo el privilegio de cobijar el canto y el baile de los santiagueños, quienes oficializaron su disco número 44, Tierra Milenaria, en una noche que contó con la participación de Peteco Carabajal y el coro Procanto Popular de La Plata.
La colorida sala se oscureció y con una introducción misteriosa “Desde el Puente Carretero”, soltó las riendas del rasguido para que la noche sea única e irrepetible.
“Esta nueva producción discográfica fue realizada para el sello B&M, un lugar familiar que mima a los artistas por eso estamos agradecidos…”, comentó Mario Musha Carabajal, quién agregó: “La portada de Tierra Milenaria es un cuadro de un artista plástico santiagueño que se llama Ricardo Touriño y ha titulado a este cuadro Crepúsculo que es el color del amanecer, del atardecer santiagueño, ese color ocre tan familiar en nuestra provincia… ”
A continuación comenzó a sonar lo nuevo del cuarteto integrado por Musha, Kali y Walter Carabajal junto con Carlos Cabral. Pasaron “La Criollita”, “La Rubia Moreno”, “Rumores Antiguos” y “Vidala del adiós”, con una sorprendente coreografía representada por la profesora Elsa Liendro.
Con la compañía de Héctor Mansilla en charango, Los Carabajal continuaron recorriendo Tierra Milenaria haciendo la canción popular “Verde Romero”.
Otra vez, Musha tomó el micrófono para emocionar a la gente con el siguiente tema: “Cada canción tiene una historia y en este caso, me toca en lo más profundo a mi. Un día, uno de esos grandes personajes me honra con su presencia en mi casa en mi cumpleaños; él depositó unas letras en mis manos y me dijo: ‘Éste es mi regalo, hacé lo que quieras con esto’; y entonces, cuando quedo en la intimidad, empiezo a leer la poesía…el título decía 'Mi voluntad'…esa persona me estaba expresando su voluntad. Don Sixto me pedía eso en el 2001, y ahora nosotros pudimos grabarlo…En la memoria de Don Sixto…”, y la chacarera “Mi voluntad”, se ganó la primera ovación de la noche que se mantuvo cuando sonaron “Penas y alegrías del amor”, “Cantor Santiagueño” y “Chacarera del patio”.
La zamba “Tu regreso”, “Junto al Jagüel”; el “Gato de la oración” y la chacarera doble “Lágrimas de amor” fueron la introducción necesaria para presentar al primer invitado: “Grabar en La Plata nos permitió acercarnos a algunos músicos de allí; entablamos una amistad con Guillermo Masi, dirección del coro Procanto y surgió la idea de compartir el escenario…”, comentó Musha, quién invitó a Masi y a los integrantes del coro, embellecidos de un vestuario de un rojo prolijo ; Los cantores llenaron la tarima principal y le entregaron elegancia a “Digo La Mazamorra” y a “Cuando me abandone el alma”.
Sorprendentemente, el coro se mantuvo en el escenario y junto con Los Carabajal, presentaron a Peteco Carabajal para cantar “Como pájaros en el aire”, en una ola de aplausos que dio paso para que el intérprete y compositor santiagueño se consagre con “Perfume de Carnaval”.
La roja guitarra de Carlos Cabral se lució en "El Antigal” y su voz dio gritos de belleza cuando “La Estrella azul” desinhibió a los espectadores que se pararon y bailaron con “Chacarera del violín”, tocada por el joven violinista Matías Romero, “La Humilde”, “Añoranzas”, y “Entre a mi pago sin golpear”, en una despedida que dejó a cada uno de los presentes, con ganas de seguir a merced del cuarteto.
Sin dudas, Los Carabajal siguen marcando una escuela en el folklore argentino basados en escenarios, años y experiencia y por eso, a la llama de la chacarera le quedan largas décadas de vida y música que dejará en el camino, el perfume de sus notas y poesías por más generaciones.