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Notas
ENTREVISTA


19/10/2009

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RECORDAR


Nacido en tierras de La Forestal, anotado en Las Garzas, Heraclio Catalín Rodríguez creció en el Alto Verde. El cantor Horacio Guarany, aparecería más tarde, pero alimentado por ese espíritu que lo llevó a crear tantas canciones. Comprometido con su pueblo, padeció el exilio. El 24 de octubre le dice “Adiós al Luna Park”, aunque el cantor no se calla.

Horacio Guarany se despedirá del Estadio Luna Park este sábado 24 de octubre, a partir de las 21 hs. En el Luna ya actuó en 16 ocasiones a lo largo de su carrera. Carrera que cosechó innumerables reconocimientos, el del pueblo seguramente el más importante para él, aunque también le valió el exilio y amenazas.

Directo como acostumbra y sin rodeos ni parafernalias Horacio dice: “Actuó en el Luna Park porque ellos (los productores del espectáculo) creen que pueden reunir la gente que justifique mi actuación ahí”. Con esa misma sinceridad y con una humildad sorprendente para un artista de su trayectoria afirma: “Como tengo mucho miedo de volver al Luna Park después de tantos años, digo que vengo porque me quiero despedir, ¡que mierda me voy a querer despedir!".

Distendido, alegre y conversador se lo ve como disfrutando de lo que cosechó a través de los años. Se le dibuja una sonrisa cuando piensa como será el espectáculo, como si ese momento estuviese pasando por su mente antes de suceder: “¿Que voy a hacer al Luna Park? Pienso buscar que sea agradable esa última vez. Voy a hacerlo recordando como me inicié, con que criterio del arte, con que concepto, que motivo. Incorporando mi vida, contándola con las canciones. Hablando de los viajes, los países, las aventuras, las alegrías y las tristezas. Porque el hombre tiene esa magia de tantas cosas lindas y también cosas feas. Recordaré los momentos felices. Cuando hubo amenazas y no se cumplieron. Trataré de contar lo que siento ahora después de tanto andar”.

“El Potro” recogió numerosas experiencias que quiere transmitirlas en su despedida del Luna: “Andar los caminos no solamente significa cantar, sino vivir la vida.” En relación a vivir la vida, una de las experiencias que relata es durante su exilio en México: “Me acuerdo que el gran poeta salteño Manuel Castilla me enseño a vivir en México. Me dijo ‘¿como andas?’, le digo que mal porque mis hijos no aprenden los sistemas, porque lo que estudian acá en la escuela es tan distinto a lo de ellos. El me dijo: ‘Mirá changuito, no importa que no puedan estudiar, lo importante es que aprendan a vivir’. Uno cree que estudiando ya soluciona los problemas de la vida, más que estudiar es aprender a vivir. ¿Qué es la vida? ¿para qué?.” La anécdota sirve como disparador para hablar de la educación: “Tenemos una mala formación en nuestro país, esa cosa de hacer memorizar a los muchachos, que se reciben por memorizar sin saber que es lo que estudiaron. Nuestra educación es pésima. Nuestra educación es mentira, es malísima de hace años. Cuando surge alguien que más o menos puede cambiar, no lo dejan, porque no les conviene que el pueblo se instruya bien. Se pasan horas memorizando cosas que no les sirven después en la vida, no nos enseñan a vivir.”

Quizás sean sus frases y sus opiniones jugadas lo que hacen de Horacio Guarany mucho más que un artista y un cantor. Ese personaje puede parecer empalagoso por momentos pero siempre queda algo de lo que dice: “Los gobernantes creen que el pueblo es tonto. Lo que necesita el país es cultura. El gobierno se jacta por el superávit económico pero las escuelas y los hospitales se vienen abajo”.

Sobre la actualidad de los medios, Horacio también opinó: “Las mujeres masturbándose con un caño es el programa número 1 del país. La televisión es culo y teta. Me gustan las mujeres desnudas pero en la cama no en la televisión., hay cualquier cosa en los medios. El mundo está muy mal, los verdaderos valores están destruidos y tapados. ¿Qué es triunfar para el mundo? Tener plata y poder, sino no servís, sos un desgraciado. Hasta la Iglesia ya miente mucho pero por lo menos cumple con cosas lindas”.

Entre sus nuevos proyectos, Horacio piensa construir un teatro al lado de su casa de Plumas verdes, con el objetivo de enseñar y abrir un espacio para que todos, en especial los jóvenes puedan dedicarse a la cultura: “A los jóvenes los sponsors les inculcan que escuchar, que usar, que creer. A los jóvenes les diría que no se mientan. Que piensen que existen y no son un muñeco. Que hagan lo que sienten”.

“Nunca se puede servir a la patria haciendo matar gente”, dice solo y recuerda que la patria se defiende de otra manera y no a través de las armas. Con autenticidad afirma  que los militares no deberían existir, porque la violencia no sirve para nada, nada soluciona y recuerda quizás sus momentos más difíciles como artista: “Tantas veces no me dejaron actuar. Porque algunos tontos creen que el poder es para imponer su criterio”. Y sintetiza en una frase el sentido de su misión como artista: “Cuando el pueblo no hablaba, ahí salí yo. Me rompieron dos casas y me echaron del país. Hace dos años me quisieron indemnizar pero para mi no había porque, es un honor que me hayan roto dos casas por hablar por el pueblo”.


Por :

Pablo Piris

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