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El jueves 3 de septiembre desde las 22, Tremor y Ale Franov, con la musicalización de DJ Inca (Gabriel Plaza) a través de sus chacareras eléctricas y folk psicodélico, inauguraron la segunda edición del festival itinerante de música independiente (Limbo Fest) en el Ultra Bar, San Martín 678.
Las canciones electro-folk de Alejandro Franov dieron el puntapié inicial al ciclo. El cantante, guitarrista y acordeonista, estuvo acompañado por su hermana Lea en voces y programación, su hermano César Franov en bajo y Juan Marín en percusión.
El cuarteto multinstrumental con pinceladas de diferentes géneros, entre ellas un camuflage de folklore argentino, iba generando un perfecto estimulante para que los seres urbanos sobrepasados del smog que estábamos reunidos en ese lugar del microcentro porteño comenzáramos a abrir los sentidos para el plato fuerte que estaba por venir a cargo de Tremor.
A eso de las 23, Camilo Carabajal, hijo del Cuti e histriónico bombisto de Semilla, vestido con alpargatas, bombacha y camiseta negras, con la cabeza embutida en un gorro del mismo color, comenzó a hacer sonar con fuerza su enorme bombo legüero prendido de su cintura. Leonardo Martinelli, mentor del grupo, tomaría una guitarra eléctrica con mucha pinta “rockanrolera”, y Gerardo Farez, baterista de la banda de Iván Noble, haría lo suyo también detrás del sintetizador y teclados para dar forma a la presentación de Tremor.
Primero hicieron “Desierto” del disco debut, allá por 2005, de la banda llamado Landing (Aterrizaje). Más tarde, cuando ya Leonardo cambió el charango por la eléctrica, siguieron con “Terminal”, “Viajante” y “Dédalo” de la exploración más reciente llamada "Viajante" que fuera editada en 2008.
El trío que ya lleva tres años de tocar juntos, siguió con otro tema instrumental como “Sunrise”, y con una versión electrónica del tema de Semilla “Chacarera del engaño” y, siempre, como casi toda la noche, bajo una singular puesta de luces acorde a los oníricos paisajes que genera su música, sumado a un despliegue de imágenes volcadas por un proyector sobre una pared a espaldas de los artistas.
Para el cierre, los tres músicos a los que les gusta rockear con el folklore, tenían colocados sus respectivos bombos legüeros, que los hizo sonar muy tribal, para despedir la noche con el tema “Malambo”.
Tanto Tremor como Ale Franov al presentarse en el Limbo Fest tuvieron en claro que fueron a hacer música, a transmitir un lenguaje en sí mismo, tan sutil que se comunica más allá de la palabra, que es personal y siempre distinto para todos. Las atmósferas de la electrónica, de la música contemporánea y folklórica convivieron en armonía con una energía increíble en el comienzo del festival independiente.