Teatro Verdi, Almirante Brown al 700 en La Boca, uno de los barrios más tradicionales de Buenos Aires.
Este teatro, uno de los más antiguos de la ciudad, fue sede esta vez del carnaval jujeño organizado por Los Cumpas de Siempre.
Lentamente, la noche del viernes se va acercando a su máximo esplendor y la gente se prepara para disfrutar de ella.
Fabio nos recibe con amabilidad. Él es uno de los organizadores de esta peña itinerante que se realiza cada mes.
El horario de comienzo, a las 21 horas, nunca es respetado por el público, que fieles a la tradición, no hacen caso y esperan a la medianoche. Van llegando familias enteras, jóvenes universitarios y hasta algunos extranjeros curiosos por ver que sucede.
Los ritmos que se escuchan son variados: chacareras, zambas, sayas, cuecas y gatitos.
Sobre el escenario, los músicos comienzan a probar sonido. Pasada la medianoche, las mesas ya están colmadas y hay gente en el pasillo central, las parejas ensayan pasos de bailes, y los artistas invitados ya van llegando.
En esta oportunidad, serán Fortunato Ramos, este maestro de Humahuaca que trae toda la poesía que habla de su tierra y su gente y el sonido de su erke, con el que parece en algún momento, entrar como en un nirvana de sonido y emociona, de los pies hasta la cabeza, entrando en el alma.
Como dato también interesante de este artista podemos decir que además de tener una peña en Humahuaca donde difunde la tradición jujeña, sus obras y su música, Fortunato es quien inspiró el guión de la película La Deuda Interna y el autor de uno de los poemas mas bellos del cancionero popular, No te Rías de un Coya.
Bruno arias sería otro de los artistas invitados en esta noche El changuito volador –su primer trabajo discográfico lleva ese nombre- también daría muestras de su talento y su música, homenaje a su tierra.
Mas tarde llegaría el sonido de los Chalas y Raza de Bronce, con la trompetas del carnaval.
Promedia la madrugada y las empanadas y el vino van y vienen por las mesas
El carnaval jujeño va apoderándose de todos, la gente se levanta de sus sillas y ya nada hace que vuelvan a sus lugares.
De las viejas paredes del Verdi emanan los olores y sonidos del folklore argentino, para cambiar la historia por un rato.
Buenos Aires, buenos sonidos y una noche para disfrutar.